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Cónclave con sabor ourensano

CARDENALES

Los cardenales Carlos Osoro y Ángel Artime cuyas vidas y labor pastoral dejaron profunda huella en la ciudad, iniciaron este miércoles su participación en un cónclave del que ninguno de los dos espera salir como pontífice, pero deberán escogerlo

Carlos Osoro, a la izquierda, y Ángel Artime, a la derecha, con el papa Francisco.
Carlos Osoro, a la izquierda, y Ángel Artime, a la derecha, con el papa Francisco.

Ourense no es una excepción en la curiosidad que despierta el cónclave que se iniciaba el miércoles 7 de mayo en la capilla sixtina, y en el caso particular de la diócesis, se añade una curiosidad: que dos de los cardenales que ayer participaron en la primera fumata negra han pasado por la diócesis al comienzo de sus labores pastorales, y han dejado un profundo recuerdo. Se trata de Carlos Osoro, arzobismo emérito de Madrid y exprelado de Ourense, y Ángel Fernández Artime, pro-prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada, y exdirector del colegio salesiano de la ciudad.

El exobispo de Ourense fue el cardenal de mayor edad que entró ayer en la capilla sixtina, con 79 años. Será su último cónclave, ya que a partir de los 80 pierde su condición de elector

Desde el obispado de Ourense han querido restar importancia a este detalle, recordando José Manuel Salgado, director del seminario de Ourense, que “a los católicos nos da igual que el nuevo Papa sea de una raza u otra, de un continente u otro, de un rito u otro, joven o anciano, más diplomático o más pastor; ni menos aún que sea más o menos de unos u otros calificativos más propios de partidos o ideologías políticas que de la Iglesia de Dios”.

El antiguo director del colegio Salesianos tiene fama de persona cercana, y no son pocas las quinielas que lo incluyen como papa, aunque su juventud (64 años) podría jugar en su contra.

Salgado añadía que “todo eso no importa, ya que como recordaba el cardenal Giovanni Battista Re -decano del colegio cardenalicio-, la elección del nuevo Papa no es una simple sucesión de personas, sino que es siempre el apóstol Pedro que regresa”.

Dos figuras muy recordadas en su antigua diócesis por su gran cercanía con los fieles

Aunque han pasado más de 20 años desde que Carlos Osoro dejara la diócesis de Ourense, no son pocos los fieles que recuerdan su época como obispo, donde destacó siempre por su cercanía, el buen trato personal y sus programas para acercar el cristianismo a los jóvenes.

Él mismo reconoció a este periódico que “Ourense tiene siempre un hueco en mi corazón que no puedo olvidar. Allí pasé unos años muy felices, de mucha creatividad. Recorrí toda la diócesis y viví momentos entrañables. Lo agradezco mucho, porque en Ourense aprendí a ser obispo, me enseñó a ser obispo. Y tuve la buena enseñanza y la gran sabiduría de todos los ourensanos para saber estar, saber vivir y saber ayudar”.

Para el recuerdo quedó el momento en el que entró en uno de los prostíbulos de la ciudad a rescatar a una mujer allí retenida.

Bonhomía

La expresión “buena persona” acude a quienes se les pregunta por el paso de Ángel Fernández Artime por los Salesianos de Ourense. El primero, su sustituto y compañero de estudios Lupicinio Peña, quien le recuerda como “una persona responsable, amable, cercana y con una pasión vital por la educación de los jóvenes”.

Aquellos jóvenes, de quienes además de director fue un profesor de filosofía que llegó a impartir sus lecciones en la calle “Era un persona con un carisma excepcional”, en palabras de Daniel. “Tenía un trato excelente con todos los alumnos y era una persona con la daba gusto hablar de cualquier tema”, añade.

Otro de sus exalumnos, Marcos, lo recuerda como alquien que “daba a las cosas su toque personal, ayudando a crear grupo, como cuando nos entregó la orla”.

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