Nuevas emprendedoras tejen redes de apoyo en A Ponte

NUEVOS NEGOCIOS EN OURENSE

La sociedad cultural La Troya acogió un bazar donde cinco negocios con pocos años de vida se presentaron al público, y sus impulsores aprendieron sobre cómo potenciar sus ventas

Momento del  mercadillo en la asociación La Troya con productos para a venta.
Momento del mercadillo en la asociación La Troya con productos para a venta. | Oscar Pinal

Cinco parejas de emprendedoras se dieron cita en la sociedad cultural La Troya, en el barrio de A Ponte, para dar a conocer sus negocios. El evento, encabezado por la asociación Emprende Mujer Unida, buscaba explicar a estas nuevas empresarias “lo fundamental que es crear redes de apoyo entre emprendedores”, indicaron desde la organización, quienes impartieron antes de abrir el mercadillo una charla sobre estrategias de ventas y forma de crecimiento de negocio.

Todos los proyectos presentes en La Troya tienen menos de cinco años de vida, los más nuevos solo unos meses, y abarcan desde la alimentación hasta la venta de bisutería. Ya sea con su familia o parejas, las nuevas empresarias comparten el perfil común de haber llegado desde el extranjero, casi todas de latinoamérica, y haberse lanzado a montar su propio negocio tras una primera experiencia profesional como asalariadas.

La más veterna, Alexandra, que reside desde hace más de 20 años en Ourense, y lleva su negocio junto a su hija, contaba que “empecé con la artesanía tras quedarme en el paro. Había trabajado como interna y en la hostelería, así que me animé a empezar mi propio taller. Ahora me surgen muchos encargos, sobre todo de macramé”.

En el caso de la venezolana Carmen, su trayectoria abarca 22 años en España. Tras haber trabajado en telemárketing y haber cerrado una papelería, ha pivotado hacia la distribución de cosmética. Junto a una socia ourensana, Yolanda, ha apostado por este modelo de trabaja, que le permite la conciliación familiar y se alinea con su necesidad de productos de salud confiables.

En un punto intermedio, Cristopher y Daniela, también venezolanos, llevan un año y nueve meses impulsando Dragonfly, su marca de bisutería y complementos. Daniela, con su formación en Diseño Industrial, garantiza la calidad y el uso de metales hipoalergénicos, mientras Cristopher lidera el marketing y las ventas. Ambos reflejan un emprendimiento colaborativo con una visión clara de durabilidad y establecimiento en Galicia, una tierra que "nos ha dado la bienvenida", aseguran.

El proyecto más reciente es el de Daniela Gomez. Llegada en enero y con formación de docente, su "pasión por las ventas" la llevó a montar su negocio preparando recetas típicas de Colombia para celebraciones. Este negocio fue su vía de entrada económica mientras esperaba la obtención de sus documentos legales.

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