El doctor ourensano Álvaro de Castro reivindica en Madrid un enfoque filosófico y humanista de la medicina

MÉDICO DEL SERGAS

El facultativo, médico del Sergas, impartió una conferencia esta semana en el Museo Nacional de Ciencias Naturales donde defendió la "frónesis" y el tratamiento holístico frente a un modelo científico que "ignora al individuo"

Uno de los momentos de la ponencia.
Uno de los momentos de la ponencia.

El Salón de Actos del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid acogió el pasado martes un profundo debate sobre los límites de la medicina moderna, y lo hizo con un destacado protagonista vinculado a Ourense. El doctor Álvaro de Castro Palomares, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria que ejerció en el Sergas y es también Doctor en Filosofía e Historia de la Medicina, impartió una conferencia magistral titulada "El viraje de las causas atribuidas de enfermedad desde la antigüedad".

La ponencia se enmarcó en el ciclo de seminarios "Filosofía, Evolución y Salud", donde De Castro compartió cartel con otros expertos como Teresa Pascual, quien disertó sobre la cosmovisión de la Medicina Tradicional China, y Alvaro Daschner, quien analizó "lo que se queda atrás" en el actual modelo científico.

En su intervención, el doctor ourensano realizó un exhaustivo recorrido histórico, desde la medicina Hipocrática y la practicada en la Antigua Roma hasta los avances anatómicos del Renacimiento, para defender una idea central: la necesidad urgente de recuperar el humanismo y las humanidades biomédicas en la sanidad actual.

De Castro Palomares insistió en que, "pese al impresionante avance tecnológico y científico", la medicina no puede prescindir de sus pilares clásicos: "la observación clínica, la exploración, la Historia Clínica y un tratamiento holístico" del proceso de enfermedad.

La ciencia frente al individuo

Profundizando en los conceptos filosóficos del seminario, De Castro alertó sobre un modelo científico que, en su obsesión por la lógica y la objetividad, a menudo "ignora al individuo con sus necesidades personales, sensaciones y contradicciones". Argumentó que la ciencia es una herramienta fundamental para tratar la enfermedad (disease), pero insuficiente para abordar el sufrimiento (illness), es decir, la vivencia personal del paciente.

En este sentido, reivindicó el concepto aristotélico de "frónesis": la prudencia o sabiduría práctica del médico para decidir cómo y cuándo actuar, una habilidad que va más allá del conocimiento puramente científico.

Defendió que, si falta el "conocimiento interno" sobre el individuo y su biografía, "el médico sólo podrá tratar, no curar". Abogó por recuperar la idea de la vis medicatrix naturae (la fuerza curativa de la naturaleza inherente al cuerpo) y por un abordaje hermenéutico, que permita interpretar y dar sentido a la enfermedad dentro de la historia vital del paciente, en lugar de tratarlo como una "máquina biológica" defectuosa.

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