Jennifer López enloqueció a Pontevedra

“Buenas noches Pontevedra”, dijo Jennifer López, y esta vez no se equivocó. La diva del Bronx empezó su vibrante concierto cinco minutos después de las 22.00 horas al son de la mítica ‘On the Floor’ de dorado y acompañada de 45 bailarines desatando la locura entre un público de todas las edades.

En el parque de Tafisa sonaron sus grandes éxitos como ‘Get Night’, ‘Jenny From the Block’, ‘Dance Again’, ‘Ain"t Your Mama’ o ‘Booty’ ante miles de espectadores. La diva del Bronx tampoco escatimó elogios para la ciudad del Lérez, a pesar de sus ‘lapsus’ con Vigo, y brilló en cada una de sus interpretaciones.

Jennifer López se movió, saludó y habló en español e inglés y no paró durante hora y media sobre un escenario de 16 metros de altura y de 30 de boca, acompañado por pantallas gigantes y un equipo de sonido y despliegue técnico sin precedentes en la Boa Vila.

Amistades en la cola

Hasta Pontevedra se acercaron personas procedentes de toda la provincia, Galicia, y otras partes de España, algunas de las cuales realizaron colas desde primera hora de la mañana para coger el mejor de los sitios. Algunos incluso desde el día anterior, como es el caso de Manuel y Fran, que vinieron desde A Pobra do Caramiñal y Portas porque “somos muy fans”. Ambos durmieron en una furgoneta en el parking de caravanas desde el lunes. “Nunca la había visto y es una oportunidad única”, explica Fran.

Desde Tenerife llegaron Yeray y Jesús, acompañados de la viguesa Conchi. Todos son amigos desde hace 25 años, pero Yeray nunca había estado en Pontevedra, así que pensó: “qué mejor manera que hacerlo que viendo a Jennifer López”. En la cola esperaron también desde las dos de la tarde, fans que vinieron desde Nigrán, Baiona, Pontevedra, Vigo o Madrid. Dos pequeñas, una madrileña y otra pontevedresa, ambas primas, crearon su particular ‘Proyecto de fans…JLO 2025 Galicia’, en una cartulina gigante con un diseño propio y recopilando firmas de todas las personas que estaban en la espera. Un trabajo con el que incluo colaboró su abuela.

Dos amigos vigueses y dos pontevedresas, madre e hija, también se conocieron en la cola e hicieron amistad, “que esperamos que dure”. Otros espectadores procedentes de Portugal, Valencia, Sanxenxo, Coruña o Ferrol disfrutaron del concierto en una noche en la que el tiempo acompañó. Otros llegaron a pagar cerca de 2.000 euros.

Además, cabe tener en cuenta el medio centenar de camareros que trabajaron durante el concierto, junto a un centenar de personal de seguridad y varais dotaciones de sanitarios.

Y como en todo concierto que se precie, no faltó el merchandising, en puestos instalados en el propio recinto y a la entrada, provistos de camisetas o gorras. Todo por una diva. Todo por una noche que pasará a la historia de la Boa Vila.