Un incendio lleva el caos a la comarca de Valdeorras

CATÁSTROFE MEDIOAMBIENTAL

Los valdeorreses contemplaron industrias y construcciones ardiendo, cortes de carreteras y ferroviarios, e interrupciones en las telecomunicaciones, entre críticas por la falta de medios

Casa ardiendo en las afueras de Petín.
Casa ardiendo en las afueras de Petín.

Un solo helicóptero para sofocar un incendio forestal como el que castiga a Larouco, Petín, O Bolo y A Rúa puede no ser suficiente. Lo planteó la alcaldesa de A Rúa, María González Albert, en medio del caos en que vivieron rueses y petineses. “A situación é terrible. Non temos medios. Un helicóptero para todo o val, é o que din os bomberos. É horrible. Vémonos solos”, dijo.

Durante el mediodía de ayer, las llamas iniciaron una ofensiva que dañó naves industriales, como las situadas a la entrada de la localidad desde la carretera N-120, e incluso varias industrias del parque empresarial de As Pedreiras, incluida Autoneum, según fuentes empresariales. En la ladera de enfrente se enfrentaban a las llamas vecinos del pueblo petinés de Mones, muchos de ellos habían abandonado a última hora del jueves para pernoctar en el colegio Pablo VI.

En este viernes negro fueron trasladados los aproximadamente 150 residentes del geriátrico rues Los Pinos a una residencia de Vilamartín, incluso a pesar de la oposición del Cecopi (Centro de Coordinación Operativa Integrado). Lo decidió la alcaldesa de A Rúa, quien comentó cómo poco después explotaba el depósito de gasoil. En Petín, vecinos de Santa María y Sampaio abandonaron sus casas ante la amenaza del fuego.

Al peligro para las viviendas se añadió el riesgo que para la salud supuso el incendio del vertedero de A Rúa. El propio Concello lanzó una alerta: “pola nube tóxica derivada do vertedoiro que está a arder. Eviten saír das casas na medida do posible”. Poco después se sumaba otra, esta de la AXEGA (Axencia de Emerxencias de Galicia), que solicitó a la población que “ante o avance dos lumes, evite calquera desprazamento innecesario e permaneza na súa vivenda”.

Las interrupciones intermitentes del suministro eléctrico, del servicio telefónico e Internet, o de carreteras como la C-533 o la N-120, también sumaron en la desesperación a unas gentes que vieron como fueron suspendidos eventos y fiestas del fin de semana.

Pero no todo fue negativo. Con el desastre afloraron personas como el vecino de Viladequinta (Carballeda) José Luis López, de Viveros Jo&Fla, quien regresó de su viaje vacacional para sumarse como voluntario a la extinción, aportando una máquina de bombeo, una sulfatadora y un depósito con 2.000 litros de agua. “Estaba en Ourense y me di la vuelta”, dijo en Petín.

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