Zaida Alonso, una guerrillera en "Maquis"

VIDA

De pequeña, Zaida Alonso fantaseaba con cada lectura o película con ser miles de personajes a través de esa capacidad infantil de verte haciendo aquello que más te gusta. Esa misma ilusión se mantiene intacta ahora cuando ha cumplido su sueño de ser actriz. Ha pasado por series como "El nudo", "Águila Roja", "Cuéntame" o "Hospital Central", forma parte de ThreeR Teatro y Teatro de los Invisibles con los que ha estrenado diferentes obras y ha participado en el rodaje de cortometrajes. En "Maquis", su último trabajo audiovisual recién estrenado en Filmin, encarna a la guerrillera Adela, en un largometraje con un elenco exclusivamente femenino que quiere dar voz a las mujeres de la posguerra y su sufrimiento silenciado.

Mónica Vázquez

Publicado: 27 sep 2020 - 06:20 Actualizado: 28 sep 2020 - 09:44

Zaida Alonso.
Zaida Alonso.

Cuéntenos, ¿cómo y cuándo sintió que su futuro estaba en la interpretación? ¿creyó desde niña en ese futuro?

Hablar desde la niñez es hablar desde la ilusión, que la madurez nos va truncando muchas veces. Yo de pequeña siempre fantaseaba en cada lectura o película con ser miles de personajes. No sé si desde niña tienes la noción de futuro, pero sí tienes la capacidad de visualizarte haciendo cosas que te gustan y que ves como un sueño. Esa misma ilusión de la infancia permanece intacta ahora.

"Maquis" es su último trabajo en cine. Háblenos de esta película.

Es un largometraje con un elenco exclusivamente femenino que quiere dar voz a las mujeres de la posguerra y su sufrimiento silenciado. Ha sido maravilloso tener la oportunidad de trabajar en un proyecto que aborda una parte de nuestra historia desde el punto de vista de las mujeres, porque esas mujeres víctimas del silencio y la guerra civil, y que al fin y al cabo sufren por decisiones que han tomado hombres, son las protagonistas de la película. Actualmente se puede ver en la plataforma Filmin, a la vez que está girando por festivales: acaba de ser nominada a Mejor Largometraje en el Wales International Film Festival y ha sido seleccionada en el Oregon State International Film Fest y la Semana de Cine de Lugo, donde está participando ahora y me hace especial ilusión por ser un festival gallego.

¿Qué sintió cuando leyó el guion de "Maquis"? ¿Fue difícil ponerse en la piel de una mujer de la época?

Una enorme emoción, se me saltaron las lágrimas. “Maquis” es una historia hecha con el corazón y creo que eso se nota en que puedes entender el punto de vista de sus tres protagonistas, aunque representen a tres generaciones y tres Españas distintas ideológicamente. Con las tres empatizas de alguna manera en su particular búsqueda de la felicidad. Mi personaje, Adela, es una mujer revolucionaria e idealista que lleva una doble vida en el pueblo colaborando con los maquis del monte, mientras vive en casa de su suegra, Pilar, una mujer conservadora que ha perdido a su marido y a su hijo en la guerra, cada uno en un bando. Por su parte, Sagrario, la hija de Pilar y cuñada de Adela, apenas ha vivido la guerra y quiere pasar página. Las tres entran en conflicto por las circunstancias de la lucha guerrillera y la división que hay en el pueblo por temas políticos.

Encarnar a Adela ha sido todo un regalo para mí como actriz. Lo más difícil ha sido conocer casos reales de mujeres como ella, sometidas a terribles represalias como ser asesinadas, violadas o rapadas por sus ideas políticas o por ayudar a familiares guerrilleros. Mi personaje está basado en una guerrillera real, Amada, que conoció el director de la película, Rubén Buren, que nos ha ayudado a todas las actrices en una primera fase de investigación, ya que él es un experto en memoria histórica y ha escrito varias obras de teatro y novelas de esta temática.

Este es el último estreno en pantalla, pero paralelamente está inmersa en el teatro. Cuéntenos...

Formo parte de las compañías ThreeR Teatro y Teatro de los Invisibles. Este mes de septiembre he estado con funciones de tres obras distintas, lo cual agradezco enormemente dadas las circunstancias actuales y después del parón que hemos vivido. Dos de ellas además son obras estrenadas en festivales del año pasado –“Aire”, en el Festival Internacional de Almagro y “Anafha. Historia de una niña refugiada”, en el Festival SURGE Madrid- que siguen teniendo recorrido ahora y que seguirán haciéndolo (si el Covid nos lo permite) en 2021, lo cual me llena de alegría. “Aire” estará en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares y tendrá gira por ciudades de Castilla y León a partir de marzo y “Anafha” estará en Toledo, Madrid y Calpe.

Pulmones_resultado
Pulmones_resultado

Desde sus inicios no ha dejado de formarse, ¿es importante ese reciclaje continuo?

Creo que el artista siempre ha de beber de todas las disciplinas. El arte, inherente a la sociedad, está en permanente cambio; las corrientes artísticas son fruto de cada época, lo cual nos obliga a cambiar, a reciclarnos, no sólo en lo que concierne al ámbito artístico, sino también en otras ramas del conocimiento. Considero que es positivo a partes iguales tanto ese reciclaje como el deseo de seguir aprendiendo. Por otra parte, en el caso de los actores y actrices es fundamental que siempre estemos entrenadas porque nuestro cuerpo es nuestra herramienta.

Echando la vista atrás, ¿recuerda su primer rodaje? ¿Qué sensaciones se guarda de el?

Yo ya había hecho muchos cortometrajes, pero mi primer rodaje en una serie fue “Hospital Central” y recuerdo que me hizo una ilusión enorme. Yo interpretaba a una chica que sufría un accidente de coche mientras celebraba una despedida de soltera, así que mi atuendo era una diadema de conejita, que luego se puso para hacer de mí el especialista que rodó el choque del vehículo. Me acuerdo que el trabajo de los especialistas y cómo se rodó el accidente y luego mi operación (me operaba Pablo Carbonell) me maravillaron.

Y desde entonces, una larga trayectoria, ¿recuerda alguna interpretación con especial intensidad? ¿la más divertida?

Con especial intensidad, sin duda “Pulmones”, una obra fascinante y de ritmo vertiginoso de Duncan Macmillan, dirigida por José Mª Esbec, que estuvo programada el año pasado en el Centro Dramático Nacional. Cada función me hizo viajar por un carrusel de emociones como nunca antes había experimentado en escena. Cuenta la historia de amor de una pareja –que interpretamos Alberto Amarilla y yo- que se desestabiliza al plantearse el impacto medioambiental que implica traer un hijo al mundo. Como actores, nosotros no teníamos un respiro, ni emocional ni físico, en los 80 minutos que duraba la función, a lo que contribuía una puesta en escena maravillosa que incluía dos cintas de correr insertadas en el suelo.

Y las más divertidas, “El retablillo de don Cristóbal” y “La zapatera prodigiosa”, ambas de Lorca -con las que estuve en el Ciclo de Teatro Breve de la Fundación Juan March-, porque ha sido mi única vez actuando con marionetas y me lo pasé como una enana.

Y también ha cosechado premios por su trabajo en teatro ¿qué supone para usted?

Todo premio siempre es un reconocimiento a tu trabajo de un modo u otro y siempre se agradece, pero creo que el mayor premio es trabajar en la profesión y el entrenamiento diario de los actores y actrices que muchas veces no se ve.

Una pregunta, de las difíciles, ¿qué le aporta el teatro que no el cine y viceversa?

El teatro, la inmediatez. Es una suerte de ceremonia conjunta; uno de los pocos momentos en los que la sociedad se une en busca de un ritual y prepondera el grupo por encima del individuo. De hecho, se convoca una sinergia entre intérpretes y espectadores que es de difícil entendimiento, y sin embargo, muy satisfactoria. En cambio, el cine es "mediato", en el sentido en el que hay mediación de una cámara, de otro prisma, digamos, que no es la mirada directa del espectador, sino la del director o directora.

Por las convenciones en las que se enmarca, el cine propone un trabajo de interpretación más intimista, aunque esto no siempre es así porque hay algunos modelos teatrales en los que el público está prácticamente integrado en la representación. Y otra cuestión que aporta el cine son las localizaciones, porque en el teatro tienes que apelar a tu capacidad sensorial y evocar los espacios, mientras que en el cine esa vivencia suele resultar más sencilla.

El sector es uno de los más perjudicados y como siempre vulnerables ante situaciones de crisis, ¿es optimista? ¿cuáles son sus reivindicaciones?

El teatro siempre ha estado puesto en tela de juicio por unas razones u otras, pero sigue vigente. Ha sobrevivido a tantos avatares a lo largo de la historia, desde el siglo V a.C., que resulta increíble. Creo que la cultura debe de ser una cuestión de estado, y así lo ven otros países vecinos. No ha lugar a la duda en este sentido: un estado de bienestar no se entiende sin unas modernas políticas culturales que generen protección y beneficio a su sociedad a través de la cultura. Se trata de algo atávico.

¿Algún proyecto a la vista que nos pueda desvelar?

Pues ahora en octubre comienzo una residencia artística para la creación de una nueva obra de teatro documental, “Habitantes”, con la compañía Teatro de los Invisibles. Y también me hace especial ilusión que el director de Maquis, Rubén Buren, y la productora Coarte Producciones, están ya en fase de preproducción de una película sobre la figura del bisabuelo de Buren, Melchor Rodríguez, el llamado «ángel rojo», último alcalde del Madrid republicano que salvó de la muerte a 11.000 presos políticos. Volver a trabajar con este equipo tan maravilloso y al que tanto cariño tengo, será un sueño hecho realidad.

FOTO VERTICAL_resultado
FOTO VERTICAL_resultado

Con la venia

1. Un director/a.

- Me encanta Tarkovski y últimamente sigo de cerca a Oliver Laxe. Y por supuesto Rubén Buren, el director de “Maquis”. En teatro, José Mª Esbec, que me ha dirigido en la obra “Pulmones” en el Centro Dramático Nacional.

2. Un actor/actriz.

- Es muy difícil elegir... Jean Seberg, Natalie Portman, Candela Peña, Meryl Streep, Gena Rowlands, mis maravillosas compañeras de “Maquis”...

3. Una película que le hubiese gustado protagonizar.

- Cuando era más joven, “La vida soñada de los ángeles”. Ahora, “Una mujer bajo la influencia”.

4. Una serie que recomienda.

- “Doctor en Alaska”.

5. Lo primero que piensa al despertar

- Cinco minutos más.

6. Cuando se mira al espejo, ve...

- Perseverancia.

7. Un recuerdo de su infancia.

- Mi abuela y mi madre tomando leche con pan en la cocina de mi aldea.

8. Un vicio confesable.

- Té matcha.

9. Una manía.

- Soy muy supersticiosa.

10. Una virtud.

- Luchadora.

11. Un defecto.

- A veces no tengo filtro y soy muy indecisa...

12. Un talento que le gustaría tener.

- Bailar como Natalie Portman en “Cisne negro”.

13. Un viaje pendiente.

- Shikoku (Japón).

14. Un lugar en el que perderse.

- A fonte da pedra que hay entre mi aldea, Vilela, y Casares da Virxe.

15. Pierde la calma con...

- Cualquier tipo de maltrato animal.

16. Recobra la calma perdida con...

- El ronroneo de mi gato tumbado encima de mí.

17. Un sueño.

- Seguir actuando y soñando toda la vida.

Contenido patrocinado

stats