Los niños reclaman la calle en Barbadás

Más de 40 escolares se enfundan en grandes flotadores e intentan caminar por las aceras de Barbadás dentro de la iniciativa “A vila do mañá”. La dificultad para avanzar “proba que as vilas non están pensadas para eles nin para os veciños”.

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Flotadores para comprobar la distancia social en las aceras de Barbadás

Un grupo de 45 niños y niñas de 5 años fueron testigo ayer de las limitaciones de nuestras vías públicas y del poco espacio que dejan para el libre tránsito de personas, gracias a una actividad lúdica dentro de la iniciativa itinerante “A vila do mañá”, que ha acogido el concello de Barbadás durante toda la semana.

Cargados con flotadores de 1,4 metros de diámetro (al verlos, algunos niños ya pensaban que su siguiente destino sería la piscina), intentaron circular desde la rúa do Ensino hasta el parque junto a la rúa Cotelma. Fue imposible completar el recorrido, en el que contaron con el apoyo de Protección Civil, sin invadir la calzada al menos una vez (debido a turismos mal estacionados). A su paso, la gente que tomaba algo en terrazas o simplemente paseaba por la avenida de Celanova se sorprendía ante el medio centenar de niños sorteando los obstáculos que les salían al paso, como coches aparcados que invadían la acera con su parte delantera, papeleras o farolas.

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Los coches, aparcados o en circulación, fueron otro caballo de batalla para los niños. (Miguel García)

Al terminar el juego, Brigitte Valentina Mota e Ian González (CEIP O Ruxidoiro), Paula Neira (CEIP Filomena Dato) y Mateo Lois (CEIP Curros Enríquez) mostraban su alegría tras haber completado una actividad sorprendente y reveladora para ellos. “La acera era tan pequeña que no cabíamos, chocábamos todos y nos resbalábamos”, recuerdan entre risas. Ahora quieren ser también parte activa de la configuración del espacio público y demandan aceras más grandes. También recuerdan que había muchos coches en el recorrido y que tuvieron que cruzar la calle “muchísimas veces”, con el peligro que eso supone para ellos. Todo para sortear una distancia de poco más de medio kilómetro.

Desde el gobierno local de Barbadás estudian ya la conversión de la rúa do Ensino en una vía de tráfico reducido

La promotora de esta actividad, la arquitecta ourensana Sandra González, tiene claro que “a pandemia é unha oportunidade para darnos conta de que as nosas vilas e cidades non funcionan. Os nenos quedaban atascados entre farolas e papeleiras”, critica. Y quiere que los más pequeños miren a su alrededor con nuevos ojos mediante el juego. “As vilas pensáronse como lugares de tránsito, sen valorar o que maís importa, que é a xente. E hai obstáculos que son salvables para un adulto pero non para un neno ou unha persoa maior”, concluye.

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Farolas y papeleras pusieron en un aprieto a los niños, que incluso quedaron atascados. (Miguel García)

Por su parte, Victoria Morenza, teniente alcalde de Barbadás y concelleira de Urbanismo, valora la iniciativa tanto por su valor educativo como por plantear a los gobiernos locales que la acogen una crítica positiva que puede ayudar a mejorar la calidad de vida de sus habitantes. “Es muy enriquecedor para los niños, que se dan cuenta de la estrechez de las aceras o de como los espacios son ocupados por vehículos”, defiende. Además, adelanta un nuevo proyecto de humanización en la rúa do Ensino: “Queremos experimentar con esta calle, donde se concentran muchos servicios. Tenemos la escuela infantil municipal, el servicio de ayuda en el hogar, la Policía Local, atención a la tercera edad, un colegio… Por lo tanto, es un lugar de mucho tránsito y los niños deben estar seguros. Estamos estudiando su conversión en una vía con plataforma única, con tráfico muy reducido”, concluye.

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