Un “amic” para recuperar la calma

Después de una racha de buen juego, pero con muchas derrotas seguidas y fuera de los puestos de play off, necesitaba el COB de Moncho López la victoria de la tranquilidad. Estudiantes, Fuenlabrada, Obradoiro o San Pablo no fueron buenas compañías. Por fin, la visita del “Amics Castelló” -en puestos de descenso y ahora con 13 derrotas consecutivas- propició el ambiente para lograrlo.

Ya en el calentamiento, su entrenador Frederic Castelló (así se apellida), insistía a sus jugadores. “Defensa en zona los 40 minutos”. Entendía el técnico que un COB sin su ametralladora Moody se atascaría para encontrar un tiro -y sobre todo meterlo- durante el partido. El escolta estadounidense, todavía lesionado en una rodilla, sumó otra tarde en el banquillo.

No acertó el técnico visitante. Moody le prestó antes del encuentro la mira telescópica a Diogo Brito, y el portugués anotó siete triples de 12 intentos, bien acompañado en un fado sostenido por su compatriota Rafa Lisboa, con otros tres.

El equipo de Moncho López se encuentra a mitad de camino entre la fase de ascenso o la lucha por la permanencia

Tanto o más importante que el acierto luso fue el juego generoso, fluido y en equipo de toda la plantilla. Durante la mayor parte del partido, el COB supo leer y atacar la defensa valenciana, facilitando buenos tiros. El 65 por ciento de acierto cerca del aro y el dominio aplastante en el rebote permitieron al equipo de Moncho López despegarse en el primer cuarto -11-4 en cinco minutos- mantenerse entre los cinco y diez puntos en el segundo, aumentar la ventaja a los 14 en el tercero y sentenciar al comienzo del último, terminando con comodidad, por fin, un partido.

Solo Joan Faner en el primer cuarto -12 temporadas en el equipo sin perder el pico de velocidad- Ngom en el segundo y un inesperado Minlend en el tercero -16 puntos seguidos- siquiera inquietaron a un COB con velocidad de crucero. Con una defensa muy compacta por momentos, paciente en el ataque y agresivo cara al aro. Rozando los 100 puntos, sin Moody y con un Romaro Gill que salió a pista a saludar y cometer cinco faltas.

Solo en el último cuarto, el técnico visitante desistió de la defensa zonal. Quizá porque había encajado 25 puntos por cuarto. Porque dejaba agujeros en posiciones a cuatro metros del aro. En territorio Krikke. Allí donde el pívot canadiense enchufa tiros sin parar.

Quizá porque el COB recuperó en el Pazo el gusto por el pase. Por doblar el balón a un compañero mejor situado. Por saber situarse y continuar las acciones, ofreciendo una alternativa a quien tiene la pelota. Los jugadores de Moncho López combinaron buenas jugadas, mejorando la eficacia bajo el aro.

El Castellón recurrió desesperado a la defensa individual. Puede que demasiado tarde, o puede que ya no hay nada que hacer con este equipo donde se intuye más calidad que resultados. También influyó que su mejor jugador, Jalen Tate, estuvo mermado físicamente.

Al margen del rival y del buen partido en equipo del COB, es justo destacar el excelente partido del portugués Diogo Brito, autor de 27 puntos, 7 rebotes, 2 asistencias; más la defensa y el carácter que no figuran en la estadística.

Brito es uno de los jugadores más completos de la competición. Contra el Castellón se puso en “modo ascenso”, pese a no pertenecer a ninguno de los clubes de la cabeza de la liga (ellos sabrán). El de Povoa de Varzim desplegó un juego total en el Pazo y recibió una merecida ovación al ser sustituido.

Victoria necesaria y estimulante. En el mejor momento para afrontar la visita a Alicante en Viernes Santo. Otro de los rivales en esa apretada zona de nadie de la Liga. La que te puede aupar a la fase de ascenso o despeñar a la lucha por la permanencia. El COB mantiene la incertidumbre sobre su futuro, pero con más tranquilidad.