Una Hestia con la mano abierta para el COB

No fue el regreso esperado. Ni por la forma ni, sobre todo, por el fondo. El COB encadenó su tercera derrota seguida de la temporada. Y eso es noticia. Fue una de las que duelen, un bofetón, por no decir otra palabra que recuerda a Hestia, a Hestia Menorca. Duele porque el equipo estuvo mal o muy mal durante un gran porcentaje del partido. Lo fio todo a una de esas explosiones de juego y puntos que sabe hacer tan bien. No parecía que fuese la tarde, pero aún así lo hizo. Se puso por delante cuando el triunfo ya parecía subido en el avión con los menorquines. Esta vez no llegó. El COB vive empadronado en el infarto, en los finales de puerta grande o enfermería, y salió cruz.

En las gradas, la mejor entrada de la temporada. Lonas fuera y gente dentro. Tanto, que hasta entrado el segundo cuarto el desfile de aficionados era continuo. No recibieron tanto como dieron, pero seguro que repetirán porque queda mucho y muy bueno. Tendrá que rehacerse el equipo ourensano de estas tres heridas consecutivas. Diferentes entre sí, pero con el mismo resultado a fin de cuentas.

Ayer el crono jugó malas pasadas. Para defender y para sacar de banda. Sin olvidar el enésimo esperpento arbitral, que por habitual no deja de ser censurable. Una regularidad tremenda en las malas artes. Es hasta difícil hacerlo tan mal durante tanto tiempo.

Pero toca mirarse el ombligo primero. Teoría y práctica.