SOCIEDAD

Un cementerio de 90.000 neumáticos alarma a los vecinos de Fene

KIKO DELGADO
photo_camera Julio Santos, vigilante de las antiguas instalaciones de Rubber Industrias del Caucho, S.A.

Una empresa quebrada hace quince años dejó en una finca de Fene miles de neumáticos abandonados. "Estamos en el medio del monte, con eucaliptos y sauces que si arden pueden armar la hecatombe", dice el vigilante que los custodia.

Los miles de neumáticos que continúan ocupando a día de hoy las antiguas instalaciones de Rubber Industrias del Caucho, S.A., una empresa ubicada en el municipio coruñés de Fene que quebró hace dieciséis años, han puesto en alerta al vigilante de los mismos, Julio Santos.

Alertado por el incendio ocurrido en Seseña la pasada semana, Santos ha decidido tomar medidas con respecto a este "sobrante" que dejó la fábrica de Rubber, apunta a Efe, mientras camina entre las 90.000 cubiertas de goma, según sus estimaciones, que yacen en la finca.

"Es una lástima, porque cuando se cierra una empresa no se debe dejar ningún residuo, y menos de este tipo, que pueda perjudicar a los vecinos que viven al lado", señala Santos, que decidió actuar porque a diferencia de lo que ocurre en Seseña, en Fene el problema es "gordísimo" por encontrarse en una zona boscosa.

La compañía Rubber fue inaugurada el 28 de marzo de 1992 por Manuel Fraga -la placa sigue en el mismo sitio-, pero dejó de funcionar en el año 2000, momento en el que fueron despedidos medio centenar de trabajadores y comenzó una causa judicial por un presunto delito de quiebra fraudulenta contra el último administrador de la empresa.

Tres años después, en 2003, las instalaciones salieron finalmente a subasta y, según ha podido saber Efe, fueron a parar a una empresa valenciana, que sería en estos momentos la propietaria del terreno y la nave que se encuentran al borde de la carretera N-651 y a medio kilómetro del centro urbano de la localidad.

Como ningún seguro se quiso ocupar del cuidado de las instalaciones, explica Santos, los nuevos propietarios contactaron con él hace ahora diez años y le propusieron "vigilar esto un poco", sin "ninguna remuneración", aunque sí le cedieron la vivienda que se encuentra dentro de la finca, en la que aún habita.

Asimismo, indica que en la última década ha estado atento "día y noche" y en todo momento fue consciente del "peligro que existía", pero ahora quiere zanjar la situación, "ponerlo al día antes de que ocurra algo" y tener la "conciencia tranquila" de que no le da la espalda al pueblo.

"Aunque los técnicos de Seseña dijeron que los neumáticos no son contaminantes, aquí es distinto. Estamos en el medio del monte, con numerosos eucaliptos y sauces que si arden pueden armar la hecatombe", cita Santos, que esta mañana ya ha recibido la visita de los inspectores de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia.

Él, por su parte, ha llevado este mediodía al Ayuntamiento de Fene una solicitud en la que pedía la "autorización para cortar toda la arboleda que existe dentro de la propiedad", una actuación que pide que se lleve a cabo "con máxima urgencia", porque si no incluso alerta de que tomará "medidas".

Según han detallado a Efe fuentes municipales, la desmantelación de los neumáticos ha sido protagonista de debates de grupos políticos y asociaciones ecologistas en los últimos años, pero se trata de "un problema que todavía se sigue arrastrando", dicen.

En las instalaciones, mientras no se llega a una solución, continúan viviendo el más de un centenar de animales propiedad de Santos, que recorren el esqueleto de la inmensa fábrica de Rubber, donde dieciséis años después existen restos de cristales y azulejos, así como albaranes y una caja fuerte. 

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