INFORME ACCIDENTE

El accidente de A Guarda en el que murió un ciclista se debió a "una distracción del conductor"

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photo_camera Imagen del lugar del accidente. (EFE)

Los testigos aseguran en el informe de la Guardia Civil que "nunca varió la trayectoria"

El informe de la Guardia Civil sobre el accidente que el pasado mes de marzo en el que un ciclista resultó muerto y otros siete heridos deja claro que la causa principal del mismo fue "una distracción del conductor" del todoterreno. En el mismo texto se recoge que el vehículo circulaba por la carretera Baiona- A Guarda a unos 90 kilómetros por hora y que en ningún momento hizo ninguna maniobra para evitar al pelotón.  Otro de los puntos que resalta el informe es que el conductor "no se apercibió de la presencia de los ciclistas o no lo hizo con la suficiente antelación, lo que hubiera permitido evitar el accidente o minimizar los daños". Esta conclusión de la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil contradice las declaraciones del conductor en el Juzgado de Tui, donde según su abogado dijo que "vio perfectamente al grupo de ciclistas y, antes de rebasarlos, redujo la velocidad". 

Dos de las piezas clave de este exhaustivo informe sos el conductor de un turismo que circulaba detrás del todoterreno y de un ciclista que iba en sentido Vigo por el arcén. Ambos coinciden al asegurar que "no varió en ningún momento su trayectoria, ni cambió de carril, ni frenó. Siguió recto como si nada". El otro testigo coincidió   al describir el accidente, añadiendo que "en ningún momento modificó la trayectoria, circulando de forma recta y pegado al arcén. En vez de circular hacia el centro de la carretera era como si se dirigiera hacia ellos". En el caso del ciclista también recuerda que "al ver que el coche no paraba, me bajé de la bicicleta y le di el alto y el conductor se bajó y vino hacia mí diciendo ¿qué pasa?, sólo atropellé a uno", a lo que este testigo respondió que "¿pero no ve usted lo que acaba de hacer?" tras lo que según esta declaración se volvió a subir a su vehículo y sólo paró nuevamente en A Guarda, donde pidió ayuda en un restaurante.

El informe concluye que pese la violencia del impacto, que lanzó sobre el propio capó a varios ciclistas, y los daños en el parabrisas, el conductor no hizo ninguna maniobra evasiva o de frenado. El vehículo, según el mismo documento, habría recorrido doscientos metros desde el lugar del impacto con el pelotón hasta detenerse, para reiniciar la marcha unos instantes después.  Además, se considera que infringió la limitación de velocidad que recoge su permiso de conducir a 70 kilómetros. 
Otro de los puntos argüidos por la defensa, que desmonta este informe, es la aparición de un motocarro en el lugar. En la declaración del imputado aseguró que "siguió la marcha para pedir ayuda" y se encontró con el referido vehículo, pero al ver al conductor "poco resolutivo", decidió seguir hasta A Guardia para pedir ayuda. Este motocarro referido por el conductor no fue visto por ninguno de los dos testigos, ni parece rastro del mismo en el informe de la Guardia Civil, que recoge que "no circulaba en aquel momento ningún vehículo hacia Baiona  y no había obstáculos en la vía".

Una tragedia que sigue aún muy viva

El accidente se produjo sobre las 10.30 horas del pasado 12 de marzo, cuando un pelotón de unos 14 ciclistas circulaba por la PO-552 en sentido A Guarda. Los ciclistas circulaban de a dos de forma paralela las seis primeras filas y los dos últimos iban en hilera de a uno. Estos se salvarían por unos centímetros, ya que el coche pasaría muy pegado, antes de comenzar a arrollar al resto de los compañeros. En  aquel momento falleció en el acto José Antonio Casas Pérez, "Ñito",  de 52 años y vecino del municipio de Nigrán. En la actualidad, todavía uno de los ciclistas atropellados en aquel trágico accidente permanece   en la UCI, se trata de Diego Freíria, vecino de Vigo. Este herido, junto a José Antonio Vilán, eran los más graves. 

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