PATRIMONIO

Recuperada la historia de las tejeras y cerámicas de la ría de Ferrol

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photo_camera Imagen del Castillo de San Felipe en la ría de Ferrol.

El ingeniero e historiador Justino Fernández Negral ha publicado "Tierra y fuego en la ría de Ferrol", libro en el que recoge el devenir de la actividad cerámica en la zona

 El ingeniero e historiador Justino Fernández Negral ha publicado "Tierra y fuego en la ría de Ferrol", libro en el que recoge el devenir de la actividad cerámica en la zona, desde sus inicios de la mano de las obras del Arsenal, a mediados del siglo XVIII, hasta su extinción con el pasado siglo.

El autor sostiene que en el comienzo de esta actividad productiva se dieron dos requisitos que no siempre intervienen: "Hombres que buscan en el entorno cercano los materiales que necesitan y dirigentes responsables intentando reducir los costes de las obras que levantan".

En el volumen, coeditado por Ézaro Ediciones y Buxa-Asociación Galega do Patrimonio Industrial, Fernández Negral explica cómo "la ría dispuso de un rico entramado de empresas ocupadas en la fabricación de productos cerámicos", de lo que "hoy no queda nada; incluso han desaparecido las ruinas -se lamenta-, víctimas de lo que han llamado burbuja inmobiliaria", una pérdida que el historiador cuenta que no es pequeña, "pues son fragmentos de nuestras vidas".

De los inicios de esto, subraya que "todo sucede en los años centrales del siglo XVIII", cuando la Corona está empeñada en hacer de la ría de Ferrol un enclave logístico; pero -agrega- antes de que los navíos llenasen la nueva dársena, era necesario proteger la ría de corsarios y barcos enemigos.

La construcción del castillo de San Felipe requería muchos materiales y, entre ellos, ladrillos, que inicialmente procedían de Málaga, con un gran sobrecoste por el traslado, lo que llevó primero a procurar las piezas en fábricas de Padrón o A Coruña y, finalmente, poner las bases para el inicio de la actividad cerámica en la ría.

Fernández Negral apunta que "quizá fueron los maestros de Málaga los primeros artesanos que trabajaron el barro en nuestra ría, aunque la ausencia de datos que confirmen su llegada, deja en suspenso nuestras palabras".

El presidente de Buxa, Manuel Lara, profesor de la Universidad de A Coruña (UDC) hace en el epílogo un más amplio recorrido desde los primeros trabajos del hombre con barro, "en el más distante neolítico", y se refiere a la producción alfarera y tejera de características exclusivamente artesanales y rurales en Galicia hasta finales del siglo XVIII.

Tras aludir a algunas fracasadas iniciativas de industrialización y la "producción de elevada calidad" de Sargadelos desde 1804 a 1875, Lara explica cómo en la segunda mitad del siglo XIX aparecen otros centros de elaboración de cerámica con "cierta organización industrial" y, ya en la segunda década del siglo XX, "la definitiva reconversión" a instalaciones industriales, "modificando estructuras, procesos y hornos para adaptarse a los nuevos criterios de la producción capitalista".

Finalmente, el presidente de Buxa resalta que el estudio del patrimonio industrial "nos ayuda a entender mejor nuestro decurso histórico, el desarrollo y modificación de las estructuras sociales y la evolución del mundo del trabajo".

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