El 31%de los menores con edades comprendidas entre los 9 y los 16 años admite haber sufrido alguna forma de acoso online, según el psicólogo sanitario David Cortejoso.
El uso de las nuevas tecnologías a edades cada vez más tempranas genera beneficios en el desarrollo cognitivo y social de los niños y jóvenes, pero también abusos y problemas que pueden llevar a patologías y problemas de integración e incluso de desequilibrio emocional.
El 31%de los menores con edades comprendidas entre los 9 y los 16 años admite haber sufrido alguna forma de acoso online, según el psicólogo sanitario David Cortejoso.
Cuestiones como el cyberbulling, el sexting y el control parental son cada vez más comunes por el uso de los teléfonos móviles, por lo que entender cómo atajar estas conductas es fundamental para evitar el daño que pueden causar.
En este aspecto el papel de los padres y tutores es fundamental, sobre todo a la hora de concienciarles sobre la importancia de hacer un uso responsable y seguro de internet.
El cyberbulling entre los menores, sexting y aplicaciones para ligar, privacidad, riesgos en juegos online o control parental son algunos de los aspectos en los que el mal uso de las redes sociales y de la mensajería instantánea pueden llegar a causar problemas personales entre los más jóvenes.
Cortejoso asegura que los padres deben practicar la educación digital desde que sus hijos son pequeños y no delegar esta educación a actividades extraescolares, colegios o instituciones. "Hay que practicarlo en casa y hablar de educación digital y nuevas tecnologías en el hogar, que no se está haciendo", afirma el experto.
En cuanto a la edad en la que es recomendable dar un móvil a los hijos, varios expertos coinciden en que es la actitud y la responsabilidad del usuario lo que importa por encima de la edad.
Los padres y tutores de los menores deben conocer, no sólo las ventajas del uso de las redes sociales y de la mensajería instantánea, sino también sus riesgos, los servicios que pueden usar o no, la aplicación de herramientas de control parental y la imposición de normas, horarios y límites, además de inculcar una educación digital mínima sobre el uso de las aplicaciones.
La privacidad es uno de los aspectos más importantes a preservar por los usuarios de redes sociales, algo cada vez más diluido por muchos padres que comparten datos y fotografías de sus hijos, haciendo pública parte de su vida más personal.
