SENDERISMO

Caminar por túneles y viaductos de vértigo en la ruta de La Fregeneda

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photo_camera Viaducto en curva del Poyo Valiente, de 138 metros.

En el corazón de los Arribes del Duero se encuentra una de las rutas de senderismo más atractivas. Discurre por 17 kilómetros de una vía férrea cerrada al tráfico en 1985, cuyos principales protagonistas son sus veinte túneles y diez viaductos de vértigo

A lo largo de 17 kilómetros no encontraremos ni coches, ni quads, ni nada que tenga que ver con el hombre. El único rastro que ha dejado la civilización son los túneles, los viaductos y la propia vía, trazada en la década de 1880 entre Fuente de San Esteban (Salamanca) y Barca D'Alba (Portugal). El último tramo, entre La Fregeneda y Barca se ha convertido en una de las rutas más concurridas por caminantes de toda Europa que acuden atraídos por sus vertiginosos viaductos y un paisaje dominado por los buitres leonados y las águilas reales.

El estado de abandono de la infraestructura desde su cierre en 1985 amenaza su propia existencia, pese a la declaración de Bien de Interés Cultural en 2000. Solo la asociación Tod@vía, formada por voluntarios españoles y portugueses, trabaja en su conservación y en la recuperación de los viaductos para que el paso por ellos deje de resultar tan peligroso, tan solo por una viga metálica de poco más de 30 centímetros de ancho, recuperando las pasarelas de madera. Admiten donaciones de 10 euros, el coste de cada tabla de esas pasarelas, a cambio de ponerle el nombre del donante.

La ruta comienza en la estación de la Fregeneda, una pequeña localidad que apenas supera los 300 habitantes y discurre en paralelo por el valle del río Águeda, el último afluente del Duero español. Para salvar el desnivel de 330 metros y cruzar barrancos y lomas, el trazado atraviesa 20 túneles y 10 viaductos metálicos, uno de ellos en curva, hasta llegar a Barca D'Alba, ya en territorio portugués.

La maleza se va apoderando de las construcciones: estaciones y casillas de vía. Las traviesas de madera van desapareciendo por la podredumbre y algunos incendios y el balasto, las piedras sobre las que se asientan vía y traviesas, dificultan la caminata que se hace especialmente lenta al cruzar los puentes. Hacen falta entre 5 y 7 horas para realizar el recorrido. Los bomberos de Béjar organizan cada año al menos una excursión. 

La Diputación de Salamanca tiene previsto invertir 800.000 euros y busca recursos de la UE para mejorar las condiciones para caminates y recuperar la línea para la circulación de zorrillas ferroviarias, cuadriciclos que ruedan sobre vías, y otros vehículos ligeros, 

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