LA REVISTA

La línea ferroviaria entre Ourense y Zamora cumple 60 años

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photo_camera Una imagen de los pasajeros despidiéndose de sus familias.

El martes, 12 de febrero de 1957 se dan por concluidas las obras del ferrocarril entre Zamora y Ourense y se autoriza la entrega de la línea a Renfe para su explotación. Ese verano, con Franco a bordo de un tren especial, se inaugura la línea que más años se demoró en la historia del ferrocarril español.

El 1 de julio se cumplirán 60 años del viaje inaugural que abría la línea de Zamora a los trenes de viajeros de la Galicia sur. En 1957 se cerraba uno de los capítulos más largos de la historia del ferrocarril español, que se había prolongado nada menos que 94 años. Ese fue el tiempo que se tardó en completar el proyecto ferroviario que había dado origen a la Compañía de Medina a Zamora y de Ourense a Vigo, MZOV. Pero los primeros viajes entre Ourense y Zamora ya habían comenzado meses antes, primero con pruebas en pequeños automotores y luego con trenes de mercancías.

La vía entre Ourense y Zamora, de algo menos de 250 kilómetros necesitó más tiempo para su conclusión que  la línea más larga del mundo, el Transiberiano, con casi 10.000 kilómetros. Y no fue por las dificultades derivadas de las condiciones orográficas, que las hubo, sino por los sistemáticos parones,derivados de la irregular aportación presupuestaria a un proyecto que en sí mismo ya era complejo y que tuvo que enfrentarse a la reticencia de los gobiernos de la II República a continuar esta obra iniciada por Primo de Rivera y al desierto que supuso para las obras públicas el período de la guerra civil y la inmediata postguerra.

De su trazado teórico original al que se materializó sufrió numerosas modificaciones. La más substancial fue el cambio de estación término, pasando a fusionarse con otra de las reivindicaciones ferroviarias gallegas, la necesaria conexión entre A Coruña y Santiago, que no tuvieron tren directo hasta 1943. Fue así, que el directo Vigo-Ourense-Zamora-Medina del Campo, se convirtió en el Zamora-A Coruña.

El directo de Galicia, como le llamaban muchos, lo era en varios sentidos. El primero de ellos, unos generosos radios de curva, para la época de su proyecto, que permitían mejorar la velocidad media. Un trazado pensado para doble vía, como se puede comprobar tanto en los túneles como en los viaductos, aunque la apretura económica del régimen terminó ahorrándose la segunda vía que nunca llegó a tenderse, con el pretexto de que la línea nunca alcanzó una densidad de tráfico que justificase ese gasto adicional, al igual que la electrificación. Sin embargo, no solo acortaba la distancia en kilómetros con Madrid y permitía que los trenes viajasen a más velocidad gracias a un trazado más cómodo. Fue la primera línea en la que se produjo la sustitución de la tracción a vapor por la diesel. Las locomotoras compradas con crédito americano (las locomotoras también lo eran) contribuyeron a la creación de un depósito y un taller en Ourense que extendió esa nueva tecnología ferroviaraia al resto de Galicia.

Sesenta años después de su inauguración, sigue siendo la vía más rápida para llegar a Madrid. Quienes conocieron la última década de aquellos durísimos trabajos, tan magníficamente recogidos por el documental de Rafael Cid, "Carrilanos, os túneles dun tempo" y todavía presencian la evolución de las obras del AVE, pueden encontrar muchas similitudes: la larga duración de las obras y los reiterados retrasos en las mismas; el trazado para vía doble, pero entrando en servicio con vía única; la primera inauguración es en el extremo gallego del trazado, entre A Coruña y Santiago en 1943, 15 años antes de la conclusión de la línea. En el caso del AVE, la primera fue entre Ourense y Santiago y también se anticipará muchos años, como mínimo diez, a la entrada en servicio de los trenes de alta velocidad.

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