MONTERREI

Oímbra fue una esplendorosa villa hasta la guerra del 1640

<p></p>
photo_camera Beatriz Vaquero, Beatriz Comendador, la alcaldesa ana Villarino y el investigador Víctor Rodríguez.

Oímbra ya conoce más de su historia no tan reciente. Ayer, el salón del plenos del consistorio que preside Ana María Villarino Pardo fue el escenario elegido para presentar el informe elaborado Víctor Rodríguez, historiador, y con la supervisión académica de las catedráticas de la Universidad de Vigo, Beatriz Comendador y Beatriz Vaquero.

 

 

Casi un año ha transcurrido desde que se firmó el convenio de colaboración entre el ente universitario y el Concello ourensano. Durante ese tiempo, el director del estudio repasó buena parte de los principales archivos históricos provinciales, hallando documentos inéditos en dos monasterios, Montederramo y Melón, que albergaban referencias hasta el momento desconocidas para los "aobriguenses".

También realizó Rodríguez Muñiz un amplio trabajo de campo, que lo llevó a visitar varias localidades del municipio en busca de indicios de su secular historia.

Fruto de ese laborioso trabajo, surgió la constatación de que Oímbra es una villa que coexistió con otras que ahora poseen mayor importancia aunque, en su día, sus habitantes fueron incluso quienes de obligar a sus vecinos flavienses a cambiar la fecha de su tradicional mercado porque coincidía con la de la localidad ourensana en estudio.

De los archivos eclesiásticos pudieron documentarse, además de certificar la existencia de habitantes antes de la segunda mitad del siglo XIII, la importancia de las congregaciones que ocuparon sus tierras, llegando incluso a contar con dos potentes granjas en las aldeas de Rabal y San Cibrao.

Contó con un castillo, fue una villa fértil y acaudalada, con notario y juez propio y de su encomienda, y solamente la guerra de la independencia portuguesa de 1640 fue capaz de truncar su progresión económica por la proximidad con la frontera.

 

Te puede interesar