TRIBUNALES / OURENSE

Admite ante el juez que llevó un corzo herido al centro de salud

El imputado, acusado de conducir ebrio, dice que bebió al rechazar el equipo sanitario atender al animal 

El personal sanitario del centro de salud de Viana de O Bolo recibía a primera hora de la mañana del 25 de agosto de 2011 a un primer paciente, con acompañante incluido, muy poco habitual en su cupo de trabajo. El enfermo, en este caso, maltrecho tras ser arrollado por un coche, tenía cuatro patas, cornamenta y pelaje pardo-rojizo por todo el cuerpo.

Ángel Manuel R.R., de 49 años, entró por la puerta muy exaltado demandando atención urgente para un corzo malherido a consecuencia de un atropello. Había encontrado al animal en la cuneta de la carretera OU-533 cuando todavía amanecía y regresaba de las fiestas de A Gudiña. No dudó en subirlo a su furgoneta para socorrerlo, aunque no atinase con el lugar más idóneo.

Imploró e insistió para que un médico atendiera al cérvido. Ya en el centro de salud vianés, según relata la Guardia Civil, lo abrazó amorosamente. Pero también se enfadó ante la negativa de los sanitarios a prestarle primeros auxilios al mamífero. Hasta les pidió un hilo y una aguja para suturarle una herida detrás de la oreja e intentó él mismo una cura de urgencia con cinta aislante.

La historia de corzo que llegó al centro de salud a las 07,30 horas llegó ayer a la sala de vistas del Juzgado de lo Penal 2 de Ourense en tanto que el benefactor está acusado de un delito contra la seguridad vial por conducir ebrio. Los agentes de la Guardia Civil que acudieron al ambulatorio sostienen que Ángel Manuel estaba borracho y pretendía, sobre las diez de la mañana, abandonar el centro de salud sin aguardar a los técnicos del Centro de Recuperación de Animales de O Rodicio y el Servicio de Protección da Natureza de la Guardia Civil (Seprona).

La prueba de alcoholemia se le realizó, según la versión de uno de los agentes, porque "cogió el vehículo para marcharse a pesar de las advertencias que le hicimos de que no estaba en condiciones de conducir por encontrarse ebrio". El primes test, a las 10,36 horas, corroboró lo evidente para la Guardia Civil, arrojando 0,91 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, esto es, casi cuatro veces más la tasa permitida. En la segunda, la prueba arrojó 0,88 mg/l.

Pero la versión del inculpado sólo coincide en la manifestada por los agentes en el hecho de que acudió al centro de salud para que atendieran al corzo. También reconoce que dio positivo en alcohol pero, según su versión, bebió para olvidar toda vez que llegó al centro sanitario y nadie atendió sus requerimientos. Aseguró Ángel Manuel a la jueza que se puso "muy nervioso" y le dio por beber aprovechando que tenía una botella de licor café en su vehículo. "Comencé a beber antes de que llegara la Guardia Civil porque no me hacían caso en el centro de salud y me puse muy nervioso", explicó. Asimismo, negó que intentara coger el vehículo ni marcharse porque "los agentes me dijeron que tenía que esperar a que llegase el servicio de recuperación de animales".

Por su parte, los guardias civiles reiteran que no vieron al acusado beber mientras permanecieron con él en el centro de salud.

El juicio por un delito contra la seguridad vial continuará ya que faltaron testigos. El ministerio fiscal reclama una pena multa de 11 meses a razón de ocho euros al día así como 150 días de responsabilidad penal subsidiaria en caso de impago. Asimismo, pide que se le prohíba a conducir vehículos a motor durante dos años.

Por su parte, el letrado defensor pide la absolución en tanto que la ingesta de alcohol fue cuando el vehículo estaba parado.

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