SAN CIBRAO DAS VIÑAS

Atracan una gasolinera con un cuchillo de la matanza

photo_camera La gasolinera de O Piñeiral, situada en la N-525 en San Cibrao das Viñas.

"Pasé bastante miedo porque me caí al suelo y me gritaba que le diera el dinero", dice la víctima

Jesús Delgado, de 57 años, lleva trabajando en la gasolinera de O Piñeiral, situada a pie de la N-525, en San Cibrao das Viñas, desde hace 28 años. Hasta ahora, nunca había vivido un atraco en primera persona pese ya en varias ocasiones esa estación de servicio es objeto de un asalto. Aún nervioso y con el miedo en el cuerpo, reconoce que temió por su vida cuando un individuo de unos 40 años encapuchado lo asaltó en la noche del jueves a las 22,20 horas de la noche.

La víctima, según reconocía, intentó zafarse del ladrón cuando lo amenazó con un cuchillo de grandes dimensiones de los normalmente utilizados, según describe, "para matar cerdos". En ese intento de evitar que le quitaran el dinero de la cartera, Delgado tropezó y cayó al suelo. Fue precisamente en ese momento cuando temió por su vida. "Pasé bastante miedo porque no paraba de gritar y decirme que le diera el dinero", relata. Inmóvil en el suelo le entregó sólo el dinero que había en una esquina de la cartera, 260 euros en billetes de 50 y 20, para que no le hiciera daño.

Mientras, su jefe permanecía en la oficina de la gasolinera totalmente ajeno a lo qué estaba ocurriendo en el exterior. "Yo pedí auxilio en varias ocasiones pero todo fue muy rápido, apenas unos segundos, y mi jefe no escuchó nada", explica el empleado asaltado.

El ladrón, tras la entrega el dinero, lo introdujo en el bolsillo y se subió rápidamente a un furgoneta, que había sido robada esa misma mañana en Castrelo de Miño, y apresuró la huida atravesando una línea continua en dirección a Ourense.

El atracador, según la descripción aportada a la Guardia Civil, mide 1,69 metros de altura y es de complexión delgada. No pudo verle el rostro ya que "llevaba una capucha de lana con dos agujeros para los ojos y la boca". Pese a que la estación dispone de cámaras de seguridad, el hecho de que fuera encapuchado complica su indentificación

El robo con intimidación del jueves es el tercero ocurrido desde hace una semana. El pasado sábado dos individuos, a los que ya detuvo la policía nacional y la juez envió a prisión, atracaron un supermercado en O Couto mientras que el pasado miércoles, también en la ciudad, una tienda de golosinas de la calle Coruña era asaltada a plena luz del día.

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