REPORTAJE

Un ilustrado con difusión universal

El Padre Feijoo fue un hombre que tras décadas dedicado a la lectura, el estudio y la reflexión, comenzó a escribir sus ideas centradas sobre todo en la necesidad de ser "escépticos" y de no creerse todo sin analizar

E l Padre Feijoo es considerado el primer ensayista de la literatura española y reconocido como una de las figuras más importantes de la Ilustración española, con una enorme repercusión en otros países europeos.

Nacido en el pazo de Casdemiro, en 1676, realizó sus primeros estudios en Allariz y en el colegio benedictino de San Estevo de Ribas de Sil. Cuando tenía 14 años, renunció al mayorazgo que le correspondía como primogénito para ingresar en el monasterio benedictino de San Xulián de Samos, en Lugo, al que según los estatutos de la Orden perteneció toda su vida. Tras dos años de noviciado, fue enviado a estudiar Artes al colegio de San Salvador de Lérez , en Pontevedra, y Teología al de San Vicente de Salamanca.



La trayectoria

Finalizados los estudios, regresa a Galicia en 1702, donde será pasante y profesor de Artes en el colegio de Lérez y posteriormente maestro de Teología en el de San Xoán de Poio (Pontevedra), también en el arzobispado de Santiago. A continuación, fue destinado a Oviedo, ciudad a la que llegó con 33 años y en la que permaneció hasta su muerte en 1764, ejerciendo como catedrático de Teología en la universidad.

La historiadora ourensana Mercedes Gallego destacaba en el Día Internacional de los Archivos, una de las múltiples facetas de este pensador: el de defensor de los derechos de las mujeres. Recordó la historiadora que esa defensa le trajo numerosos enfrentamientos con coetáneos de su época, que no comprendían esta postura. Feijóo , en su discurso "Defensa de las mugeres", abogaba por su aptitud "para todo género de ciencias y conocimientos sublimes".

Su lucha más intensa la llevó a cabo contra las supersticiones y los axiomas que consideraban, entre otras cosas, las posesiones por el demonio. El médico José Luis Jiménez, recuerda especialmente un ensayo de este pensador, "Apología del escepticismo médico", en el que, fundamentalmente, se enfrentaba a las falsas creencias sobre la salud.

Jiménez destaca que "incitaba a no creerse todo y a una revisión continua de todas las creencias". Hasta resultó todo un avanzado en insistir en que "había que desconfiar de las modas y de las soluciones rápidas".

En cuanto a estas creencias y supersticiones, el decano de la Facultad de Derecho, Roberto Bustillo, resalta una llamativa paradoja. "Resulta curioso que con esa racionalización y esa lucha contra las supercherías, el Padre Feijóo sí creyera en cambio en la existencia de los seres marinos, como las sirenas. Soy de Cantabria y allí existe la leyenda de el hombre pez de Liérganes. Según cuenta esta historia un joven, buen nadador, se fue nadando río abajo y apareció cinco años más tarde en Cádiz. Cuando lo descubrieron tenía una cinta de escamas que le descendía de la garganta hasta el estómago, otra que le cubría todo el espinazo, y unas uñas gastadas, como corroídas por el salitre. Pues bien, cuando el Padre Feijóo supo de esta historia, que está fechada en 1679 investigó y estudió y llegó a la conclusión de que era cierta y le sirvió para confirmar su teoría de que los hombres buenos nadadores y físicamente bien preparados podían vivir en el mar". De hecho, la primera reseña en la que aparece el relato del hombre pez de Liérganes es en su obra “Teatro Crítico Universal”.

De lo que ha quedado constancia es de que su importante trabajo es fruto de la reflexión, del estudio y del análisis. El obispo de Ourense, Leonardo Lemos, subraya que "estuvo dedicado más de cuarenta años a leer, estudiar y a reflexionar y después más allá de los 50 se dedicó a plasmar esas ideas".

Siguiendo los datos de las ventas de libros, podría decirse que el Padre Feijóo fue todo un autor de best-sellers.

"El Teatro crítico universal" y las "Cartas eruditas y curiosas" y sus otras obras lograron una difusión insospechada tanto en España como en América, llegando a producir las respuestas más virulentas. Fue ya traducido entonces al francés, italiano, inglés y alemán. En el XIX se calcula que fueron vendidas más de 500.000 obras suyas.

Sin duda, su influencia en la cultura y en la ilustración de aquellos momentos fue enorme.

Feijoo comenzó a publicar sus obras hacia el año 1725. Su obra está integrada, por una parte, por los ocho volúmenes (118 discursos), más uno adicional (suplemento) de su Teatro crítico universal, publicados entre 1726 y 1739 (el título teatro ha de entenderse con el significado de conjunto), y, por otra, por los cinco de las Cartas eruditas y curiosas (166 ensayos, más cortos), publicadas entre 1742 y 1760. A estas obras hay que agregar también un tomo extra de Adiciones que fue publicado en 1783 y su copiosa correspondencia privada.

Para el profesor Alfonso Monxardín, resulta llamativo que en Ourense los homenajes a la figura de este hombre sólo se hayan efectuado en el siglo XIX. "Es increíble que en la Universidad no haya ninguna institución dedicada al humanista español y europeo más importante. Siempre se confunde cultura gallega con galleguismo. No deja de ser curioso que lo único que haya sea una escultura que, además, está tapada por árboles, al menos podían limpiar las ramas". De lo que no cabe ninguna duda es que el Padre Feijóo es una figura a reivindicar.

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