HOMICIDIO EN CELANOVA

El párroco de Vilanova dos Infantes falleció apaleado por los atracadores

La Virxe do Cristal sigue sin aparecer y una testigo vio a dos jóvenes "delgados y vestidos de negro" merodeando la rectoral

La autopsia confirmó ayer un secreto a voces: el párroco de Vilanova dos Infantes, Adolfo Enríquez Méndez, de 77 años, murió a consecuencia de los fuertes golpes que le propinaron sus asaltantes, quienes entraron a la casa rectoral para robar el dinero u objetos de valor que allí pudiera haber. Y, según parece, consiguieron su propósito y buscaron a conciencia, ya que desvalijaron la casa, tal como comentó ayer otro sacerdote, Antonio Gómez. De hecho, la imagen de la Virxe do Cristal, una diminuta pero valiosa reliquia del siglo XVII que la víctima escondía en la vivienda y que al parecer estaba sin asegurar, no aparece. El cadáver presentaba múltiples magulladuras y un traumatismo craneoencefálico severo, que pudo causarle la muerte, pero el arma homicida empleada no ha trascendido.

El gran desorden en la casa rectoral en la que Enríquez Méndez residía solo hace pensar a los investigadores que los delincuentes iban a por enseres de valor, dinero o joyas, si bien no se aventuran a confirmar la hipótesis de que el botín fuese única y exclusivamente hacerse con la imagen de la Virgen. El propio delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, relacionó el asalto con el crimen: "Parece ser que falta esa Virgen y todo indica que está relacionada una cosa con la otra", si bien matizó que es necesario dejar trabajar a los investigadores, que están tratando de esclarecer el caso. Y es que, además de la conmoción por el fallecimiento del que ha sido párroco de Vilanova durante casi 46 años, los vecinos y los sacerdotes del arciprestazgo celanovés están en vilo por el paradero de la diminuta imagen del siglo XVII que, por el momento, es desconocido. Lo que sí apareció fue la funda en la que Enríquez la transportaba de un lado a otro.

La única persona que podría saber el lugar exacto en el que se guardaba la imagen, una monja franciscana de Celanova, accedió ayer a última hora de la tarde a la vivienda pero no topó la imagen de la santa. Tampoco el registro de la Guardia Civil, que finalizó en la noche de este jueves, dio con el paradero de la preciada virgen, que concita una gran devoción popular,

Pocos datos han transcendido sobre la investigación, si bien ayer una vecina, Rosa González, apuntaba que sobre las nueve de la noche del lunes, el último día en que se vio con vida al párroco, dos jóvenes "delgados y vestidos de negro" merodearon por el exterior de la rectoral. "Yo salía del trabajo y venía a tirar la basura. Y vi dos chicos jóvenes a pie. Nos saludamos y me fui", confirmaba González, que cree que los hombres "son del bando de los que venían a pedir. Yo los vi. Vigilaban". El párroco era conocido en la comarca por su generosidad y ayuda a los necesitados.

La investigación continúa abierta por parte de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil.

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