La escritora vinculada a Ourense presentó su nueva novela, de "mujeres fuertes y apasionadas"
Cristina López Barrio es madrileña, pero su último libro "Tierra de Brumas", presentado ayer en la librería Internacional de Ourense, está impregnado de Galicia, de sus bosques, de sus paisajes y de las historias de sus gentes. Tanto la Ribeira Sacra como Ourense, donde vive Uxío, uno de los personajes, están muy presentes en esta historia de los Novoa y de las mujeres Mencía.
"Aunque soy madrileña y toda mi familia también, venimos a veranear aquí hace bastantes años, por lo que ésta es para mí una tierra muy especial, que me inspira muchísimo. Es como una emoción venir a Galicia", explica Cristina López al recordar cómo surgió esta nueva historia.
Añade que "el bosque de esta zona, de Ourense, es una preciosidad. Era el lugar ideal para la historia que quería contar, porque el bosque tiene eso de bello y de terrible, a la vez que me daba para ambientar la historia. Además quería una tierra que a mí me dijera algo, con la que tuviera una implicación emocional para escribir esa historia".
Tierra de Brumas es, según cuenta la propia escritora, "una historia de familias, de relaciones entre dos familias". Al igual que sucedía en su libro "La Casa de los amores imposibles" aquí las mujeres también son las grandes protagonistas. "Me gusta hablar sobre la mujer, sobre las relaciones de madre a hija, a abuela, y ahí están las mujeres Mencía, que viven en el bosque, y su relación con la familia aristocrática de los Novoa. Me atrae mucho hablar sobre el mundo femenino. Son mujeres fuertes que luchan por que se cumpla lo que de ellas espera el destino, y son mujeres muy apasionadas", explica.
La autora insiste en que "la historia no es triste, tiene quizás un tono trágico a veces, pero es una historia en la que las mujeres pueden decidir cuál es su destino".
Para documentarse para esta historia, Cristina López Barrio comenta que "me compré varios libros que hablaban sobre la historia de Galicia, pero ha sido casi más una documentación emocional. He venido muchas veces aquí, y lo que me gustaba era adentrarme en el bosque, pasear. También hablar con la gente. He estado en casas rurales y me contaron muchas historias de abuelas, de madres. Esto es tierra de afiadores, y hay un personaje que por supuesto lo es. También me hablaban de familiares que habían emigrado, y en la historia hay una niña que llega de La Habana. Es casi una documentación de lo que a mí me transmitía la tierra, el bosque, el paisaje, y de lo que la gente me contaba, de sus historias y sus recuerdos. Es una novela muy de símbolos".
El nombre de las mujeres, la saga de las Mencías es porque "me gustaba muchísimo el apellido, y cuando pensaba en el personaje de Bruna me salió sin más el apellido Mencía y así se quedó", narra la escritora.
