CARRETERAS

Los negocios de la N-525 aguantan tres lustros después de abrir la A-52

En el tramo entre Ourense y Zamora solo cerraron en este tiempo cinco locales, otro cambió de ubicación y uno pasó a geriátrico

La mayor parte de los negocios, tiendas de artesanía, panaderías, ultramarinos, carnicerías, talleres de reparación de vehículos, estaciones de servicio y sobre todo bares, restaurantes y hoteles, que abrieron sus puertas en las márgenes de la carretera N-525 cuando ésta era la principal arteria de acceso a Galicia desde el resto del territorio nacional, mantienen su actividad 16 años después de la puesta en servicio en su totalidad de la autovía Rías Baixas.

Los industriales temieron la ruina con la puesta en servicio de la autovía, al considerar que absorbería todo el tráfico y los dejaría sin clientes. De hecho, alguno de ellos, caso de Enríquez Fernández, gerente del restaurante "A Paella", en As Estivadas, cerró su local para abrir otro cerca de la vía de alta capacidad. Ayer, el hostelero lamentaba el cambio "e se é hoxe sigo na Nacional. Entonces había moito temor a perder a clientela", apuntó.

Durante este tiempo cerraron cinco restaurantes -hay otros tres más cerrados pero ya lo estaban antes de abrir la autovía-, además de "A Paella", que cambió de lugar, y un sexto, el conocido como "San Xurxo" (Monterrei), que ahora es un geriátrico.

En el tramo entre Ourense y Zamora, el resto de negocios continúan abriendo las puertas, incluso mantienen la actividad ocho bares de alterne y dos moteles. La clave, según la dueña del restaurante-hotel Cuatro Ventos (Riós), Benita Prieto, está en ofrecer buen "servicio y calidad". "Non temos aquel bum de conductores do mes de agosto, pero vamos aguantando. Hai clientes que te coñecen dende fai anos e desvíanse da autovía a comer", afirma.



EL aVE aumentó la CLIENTEla

Estefanía Fernández, regente una estación de servicio y el resturante Baiona, en San Cristovo (Riós) y ayer recordaba los temores que tenía cuando se abrió la autovía. "O meu pai sólo decía que había que pechar e seguimos aínda abertos. Ven algún conductor da autovía, de Monterrei e logo está a xente do pobo", apunta, reclamando una mejora en un puente que da acceso a la autovía "porque é moi perigroso, os coches chocan contra un dos pilares ó sair da autovía", añadió.

Los negocios hosteleros que hay en el tramo de la carretera N-525 entre Monterrei y A Mezquita, vieron como aumentaba en los últimos dos años su clientela con la apertura de la línea del tren de alta velocidad (AVE). "A chegada dos traballadores agradécese, máxime na crisis que estamos vivindo", comenta Benita Prieto.

Los pueblos de Pereiro y A Vilavella (A Mezquita) sumaban cinco restaurantes antes de la puesta en funcionamiento de la autovía A-52 y todos continúan abiertos. "Creo que desde que se abriu a autovía aínda se montou algún negocio máis", añadió el alcalde, Rafael Pérez

En el otro extremo, en Abavides (Trasmiras), José Cotilla Dacal también mantenía abierta la puerta del restaurante que lleva su nombre. En el interior, dos clientes releían un periódico, mientras el hostelero lamentaba la mala conservación en que está la citada Nacional. Justo al lado de su negocio había otro restaurante, del que aún se conserva el letrero, pero cerró tras fallecer el dueño. "Se podía alquilar, pero se non pagan, que fas", explica José Cotilla.



Travesía en Xinzo y Verín

La carretera N-525 parte en dos los cascos urbanos de Allariz y Verín. En ambos casos, la travesía que se forman a la salida de las dos villas vieron aumentados los negocios de bares, talleres e incluso tiendas de electrodomésticos, supermercados y almacenes de alimentación . La situación se repite en el tramo entre Allariz y Ourense, donde el vial registra más intensidad de tráfico al ser enlace con el polígono industrial de San Cibrao.

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