Iglesias y templos son pasto de la maleza en la provincia debido a la ausencia de un plan eficaz para su conservación
Esta misma semana, la provincia recibía la noticia del inicio del expediente para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) a la Ribeira Sacra, como paso previo a una futura declaración de esta zona como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Sin embargo, tanto esa área, que comprende también parte de la provincia de Lugo, como otros lugares de Ourense son testigos del abandono al que está sometido buena parte del patrimonio cultural. Este periódico puso de manifiesto recientemente la situación vivida en un templo tan importante como el de San Pedro de Moreiras, en el concello de Toén, al que la falta de cuidados a lo largo de los años ha dejado con el techo a medio caer tras la fractura de su viga central. Este caso es una muestra más de la situación que se vive en otros muchos lugares.
El progresivo abandono del rural hace mella y no augura buenas noticias para el futuro. En otros tiempos, los pueblos estaban a rebosar de vecinos, que siempre fueron los encargados de los cuidados de iglesias y otro tipo de monumentos. Sin embargo, con la despoblación del rural, la Administración se ve obligada ahora a hacer frente a ello, lo que imposibilita atender a todo, ante unas partidas reducidas. "Hay más de 700 iglesias en la provincia, es raro el día que no nos avisan por problemas en algún templo”, advertía recientemente Alberto López, técnico de Patrimonio del Obispado.
"O estado do patrimonio é terrible. E este problema vaise multiplicar co despoboamento", señala Carme Varela, de la directiva de O Sorriso de Daniel, una asociación de ámbito gallego cuyo fin principal es divulgar el románico de Galicia y alentar para que se cuide. Los factores de esta enfermedad son múltiples y variados.
LA DESPOBLACIÓN
La continua merma de habitantes en el rural deja a gran parte de los templos prácticamente abandonados a su suerte, parte de ellos, como el de Lobás, en O Carballiño, o el monasterio de San Paio de Abeleda, en Castro Caldelas, destechados y con la necesidad de una restauración integral para poder recuperarlos. Antiguamente, los vecinos de las aldeas se afanaban en cuidar loo templos, pero estos núcleos sufren un importante envejecimiento que dificulta esta tarea. "Antes cada parroquia facía o mantemento, pero agora a falta de xente pasa factura. Xa non se fai así, a sociedade cambiou e os sacerdotes non poden facerse cargo de moitas das reformas", explica Varela. Este punto lo confirma el sacerdote de Moreiras, Jorge Juan Pérez, quien señalaba que "sen axuda das administracións non se poden facer reformas integrais, que custan moitos cartos".
Falta de visión turística
Con el auge del turismo rural y la puesta en valor de la naturaleza de la provincia, como se ha hecho con la Ribeira Sacra, los amantes del patrimonio echan en falta cuidados pensando en el turismo. Sucede por ejemplo en la iglesia de Santo Estevo de Pardollán, en Rubiá, a escasos metros de donde transcurre el Camiño do Inverno. "Á parte de que está desteitado, aínda que alguén o quixese visitar non está sinalizado, e o problema é que non ten limpos nin sequera os accesos, polo que calquera obra de envergadura sería moi difícil de executar", asegura Varela. En esta aldea, donde algunos voluntarios acudieron hace unos años a intentar poner coto a la maleza, los vecinos son conscientes del problema. "Cando chegamos os voluntarios, puxeron as súa desbrozadoras e colaboraron porque dicían que era unha vergonza ter iso así", añade.
El punto de vista turístico apenas está desarrollado, y se echan en falta iniciativas como las de Navarra, donde el patrimonio de pequeñas aldeas se mantiene mediante una red de jubilados voluntarios.
"Habería que elaborar algún tipo de plan onde se aborde a posibilidade de que todas as xoias patrimoniais que temos na provincia poidan estar abertas de forma regular", asegura Varela.
UN PLAN ESTRATÉGICO
"San Paio de Abeleda pechouse no 1972 e foi unha catástrofe", relata Varela. La falta de una planificación acorde al valor patrimonial que atesora la provincia es uno de los retos a los que tendrá que hacer frente la provincia en los próximos años. La Dirección Xeral de Patrimonio es la encargada de velar por el estado de todo esto, aunque desde el colectivo de O Sorriso de Daniel, creen que en la actualidad "non hai un plan global, e con esta xestión nunha comunidade de veciños xa lle terían cortado a cabeza ao presidente". Piden que se actúe "con estratexia" y no a base de "urxencias".
