Los sindicatos piden que se paralice una cantera, cuyos gestores niegan ser los causantes del problema
El hundimiento del principal acceso por carretera al pueblo de San Vicente (Vilamartín), cortado en septiembre por la Diputación provincial por problemas de seguridad, hace peligrar un centenar de puestos de trabajo. Lo afirmó ayer el secretario intercomarcal de UGT Lemos-Valdeorras, José Paradelo Arias, quien recordó que ese tramo es usado por los camiones de Pizarras Gallegas y Pizarras Salgueiro.
El sindicalista de UGT reclamó la paralización de los trabajos en la cantera de pizarra situada bajo la carretera y recordó que existe una orden que la Consellería de Economía e Industria dictó a mediados del mes pasado pidiendo su paralización. "Es por seguridad. Sería una irresponsabilidad que el sindicato quedase callado. Cavima tiene que cerrar donde Industria le dice que no puede trabajar por motivos de seguridad. Además, estamos poniendo en peligro 100 puestos de trabajo de las otras canteras", dijo José Paradelo. Añadió que la petición de paralización de la actividad también busca beneficiar a los vecinos de San Vicente. "El pueblo está siendo perjudicado. San Vicente se merece una carretera decente y no se podrá arreglar mientras se trabaje", dijo. Finalmente, explicó que la explotación de Cavima solo ocupa el 10 % de su concesión en San Vicente. "Tiene otra zona para trabajar", explicó.
Fuentes de la empresa Cavima declinaron pronunciarse respecto a las protestas de UGT, limitándose a confirmar la existencia de un estudio que exime a la pizarrera de estar provocando el hundimiento de la carretera. En todo caso, recientemente afirmaron que durante los 11 años que estuvo parada la cantera -entre 2000 y 2011- siguieron apareciendo grietas en la carretera coincidiendo con las épocas de lluvias. Añadieron que el cierre supone la desaparición de 60 empleos.
Francisco Moral, secretario local de CIG-Valdeorras, defendió que el acceso digno "é perfectamente compatible co mantemento dos postos de traballo que hai na zona", por lo que urgió una solución para un problema que surgió hace dos décadas.
