Una pasarela rota, el único acceso de Sonia y Miguel a su casa de Celanova

OBRAS DE PUENTES

“Estamos peor que en el siglo XVIII, entonces al menos tendríamos puentes”, dicen Sonia y Miguel

Miguel Cotarlea, vecino afectado, ante un agujero en el puente que da acceso a su casa (al fondo).
Miguel Cotarlea, vecino afectado, ante un agujero en el puente que da acceso a su casa (al fondo).

El río Ourille separa la vivienda de Sonia García y Miguel Cotarlea de la aldea de Os Muíños, en Celanova. Un antiguo molino ubicado en el término municipal de A Bola, hogar de la familia de ella desde hace más de cien años, que está a punto de quedarse sin acceso debido al mal estado que presenta la pasarela de madera. “Llevamos cuatro años así. Estas tablas las hemos puesto nosotros, porque pedimos que nos echaran una mano y nadie nos hizo caso -por las administraciones-. Pero ahora ya no podemos hacer más”, dice Sonia García, señalando el mal estado de la estructura, apuntalada por un vecino, con tablas rotas y agujeros que no invitan al paso.

La pareja, que hace cuatro años se trasladó a Os Muíños desde Madrid, solicitó entonces un permiso para reparar la pasarela. “Pedimos un presupuesto, 8.000 euros costaba, y lo arreglábamos nosotros, pero no contestaron”, recordaba la pareja, que el año pasado y ante la ‘inacción’ administrativa solicitó ante la Confederación Hidrográfica del Miño Sil la reparación “de un bien público”, insisten. “Dicen que el puente no está registrado. ¡Que le pregunten a los vecinos!”, enfatizaba Sonia García, reclamando “humanidad” para encontrar una solución “entre todos” que les permita salir de casa sin peligro.

Puntal instalado en el cauce del río Ourille.
Puntal instalado en el cauce del río Ourille.

El cauce fluvial marca la línea divisoria entre Celanova y A Bola, y con ella divide las responsabilidades sobre la pasarela. “¿Esperamos a que haya un accidente?”, se preguntaba Miguel Cotarlea, quien aclaraba que “no queremos ser un problema para nadie, queremos saber cómo hacerlo. Una solución. Vayamos por partes: ¿cómo se arregla el puente?, ¿quién da los permisos? Una vez que tengamos los permisos, ya buscaremos la financiación, si ese es el problema. Pero aún no hemos llegado a ese punto”. Hace unos días recibían un escrito del organismo de cuenca comunicando que se prolongaba seis meses el plazo para darles respuesta.

Mientras, en Os Muíños la pareja hace tiempo que no recibe cartas en el buzón y los transportistas también se niegan a cruzar el río. “Es el acceso a nuestra casa, el único porque detrás solo hay monte. Estamos hablando de un servicio básico, no un sendero o un parque. La Administración se queja de que nadie quiere vivir en el rural. Nosotros nos vinimos aquí y parece que en vez de ayudarte te ponen trabas para vivir en el siglo XXI. Estamos peor que en el siglo XVIII, entonces por lo menos tendríamos puentes para acceder con carros, con vacas…”.

 Competencias y convenios

Desde la Hidrográfica trasladaban a este periódico su disposición a colaborar con la administración titular de la vía, tal y como ha ocurrido en otros casos, previa firma del correspondiente convenio y de acuerdo con el Plan Hidrológico. Una petición que no han recibido hasta la fecha. La alcaldesa de A Bola, Teresa Barge, anunció que tramitará una actuación comunicada para reparar la pasarela. “Esperemos que non poñan moitos requisitos técnicos porque esta familia non pode esperar. Están a poñer a súa vida en risco cada día”, dijo. La otra solución pasaría por ensanchar y acondicionar el viejo camino que, bordeando el monte, comunicaba el cauce fluvial con Fondo de Vila y Outeiro, “pero entendemos que o máis axeitado é reparar a pasarela”, dijo Barge. El Concello celanovés, pendiente de una reunión con la Hidrográfica, está revisando si puede hacer algún tipo de intervención, dado que el camino hasta la pasarela no consta en Catastro ni en el inventario municipal, si bien está delimitada -como senda- en el Plan básico autonómico y en la memoria colectiva vecinal.

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