Un apagón deja a oscuras el San Xoán de la comarca

MÁS DE TRES HORAS

Más de 3.500 vecinos de la comarca de Conso-Frieiras celebraron la “noche mágica” sin suministro eléctrico. Un fallo en dos líneas de la central de San Agustín, en Viana do Bolo, obligó a movilizar a operarios de Madrid para realizar la reparación.

Celebración en A Veiga antes del apagón.
Celebración en A Veiga antes del apagón.

Completamente a oscuras, así pasaron la noche de San Juan más de 3.500 personas del sureste ourensano tras un apagón total que recordó a lo vivido el pasado 28 de abril.

Sobre las 21,50 horas, con el plato sobre la mesa y las sardinas a medio asar, se producía el corte de suministro. En un principio se pensó que podría ser algo momentáneo, ya que este fue precedido por otro semejante con una duración de 10 minutos durante la mañana. Pero no. Pasaban los minutos y la electricidad no regresaba a los hogares. Los municipios de A Veiga, A Gudiña, A Mezquita y parte de Viana do Bolo iniciaban la investigación para conocer el alcance de la interrupción del servicio. Pocos minutos les llevó corroborar que no era otro “gran apagón”.

La subestación de San Agustín, en Viana do Bolo, registraba una avería de gran envergadura y dos de sus líneas carecían de servicio. El Centro de Operaciones de Unión Fenosa Distribución confirmaba que se trataba de una incidencia de la suministradora Endesa y que esta era de gran magnitud. Tal fue así que transcurrieron más de tres horas para que el oriente de la provincia recuperara la normalidad. Desde la capital madrileña tuvieron que viajar varios operarios para resolver esta problemática, ya que, según informaba el Servicio de Atención al Cliente, la gravedad de la interrupción no podía ser solventada por los técnicos de la zona.

“Pensamos que volvía a acontecer o mesmo que fai dous meses. Eu creo que agora, cada vez que se vai a luz todos pensamos iso e rapidamente lle escribimos a familiares e amigos doutras localidades para corroborar se é así”, declaraba Ana Martínez, vecina de A Mezquita.

Si el resplandor de las fogatas es el protagonista de San Xoán, en la comarca de Conso-Frieiras adquirió aún mayor relevancia. Algunos optaron por continuar la celebración junto a ellas, haciendo caso omiso, mientras que otros desistieron de la fiesta y se inclinaron por acostarse con la esperanza de amanecer con electricidad.

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