Colores y niños dan vida a la “aira” de San Paio
Hace muchos años, en la “aira” de San Paio, en Baltar, se celebraban las fiestas del pueblo. Ahora, el suelo gris de este lugar se ha reconvertido en un espacio lleno de color para el disfrute de los tres niños que viven todo el año y los que los visitan en verano.
En San Paio, un pequeño pueblo de Baltar, viven todo el año apenas tres niños. Como en muchos otros lugares, esta circunstancia cambia en verano, cuando los niños y niñas de las terceras y cuartas generaciones de la emigración regresan a pasar unos días al pueblo -estos días son más de 20-. Animada por la llegada de los visitantes, Fina Méndez, amante de las manualidades y la pintura, decidió armarse con brochas y botes de pintura y dar luz y color a las calles de San Paio para que los más pequeños interactuasen durante este verano, dejando las pantallas de los móviles y táblets a un lado, con los juegos populares de toda la vida.
Fina es la madre de Íker, uno de los tres niños que vive en este pueblo de Baltar el resto del año, y con su idea revolucionó la antigua “aira” en la que hace años tenían lugar las fiestas del pueblo. “Ahora los del Concello pusieron allí un parque infantil, más orientado a niños pequeños, y se me ocurrió la idea de hacer unas pinturas con juegos de niños”, cuenta Fina. “En invierno no, pero en verano hay muchos niños. Se juntan todos en el medio del pueblo: juegan, corren… Entonces me animé, pensando en que así se lo pasarían mejor”, añade.
Fina echó mano de Internet y elaboró unos bocetos y moldes de cartón para lograr la mayor precisión en su obra: “Yo no soy pintora ni nada de eso. A ver, me gustan las manualidades, pero no aprendí a pintar”, reconoce entre risas. “Las otras mamás me echaron una mano y también los propios niños, ¡lo pasamos pipa pintando todos!”, añade.
En la antigua plaza de la fiesta de San Paio ahora luce el juego de la rayuela, el tres en raya, el twister, un gusanito, un girasol con números romanos o una divertida culebra que simula el juego de la oca. “Se trata de que los niños jueguen y aprendan también”, subraya Fina. “Del mismo modo aprovechamos y queda para el invierno, así los días que haga buen tiempo, pues los niños que viven aquí pueden seguir jugando”, añade.
COLABORACIÓN
El alcalde de Baltar, José Antonio Feijóo, calificó la iniciativa vecinal como “un ejemplo a seguir” y felicitó a las madres animándolas a seguir “en esa línea de colaboración”. Desde el Concello se financió el material y las pinturas necesarias para esta iniciativa. “Además, de esta forma pensamos que lograríamos apartar un poco a los pequeños de los móviles y los videojuegos devolviéndolos a unos juegos tradicionales que siempre se hacían en los pueblos”, asegura el alcalde de Baltar. “Echaron varios días pintando, a veces ayudadas de la linterna del móvil porque se hacía de noche. Son un ejemplo, sin duda”, concluye.
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