El mazo que cambió la historia de Espadanedo

El escultor Acisclo Manzano terminó sus dos últimas obras para el Monasterio de Xunqueira de Espadanedo con el mazo encontrado entre las tablas del coro propiedad de un maestro carpintero.

Acisclo Manzano junto a Román Rodríguez observando las particularidades del sotocoro. (Martiño Pinal)
Acisclo Manzano junto a Román Rodríguez observando las particularidades del sotocoro. (Martiño Pinal)

Hace cientos de años -hay quien habla del S.XVII y quien lo hace del siglo XIX-, el carpintero que realizó el coro del conjunto monacal de Xunqueira de Espadanedo dejó entre las tablas una firma muy especial: un mazo, tallado sobre una pieza única, que el equipo encargado de la restauración del templo encontró recientemente. El escultor ourensano Acisclo Manzano -cuyo nombre significa, precisamente, “pequeño martillo o hacha”- sintió a través de esta conexión la necesidad de dejar su impronta en el sotocoro del acceso a esta iglesia, construida entre el Siglo XII y XIII, mediante dos ménsulas o soportes en forma de rostros integrados con la estética de la estructura centenaria.

El descubrimiento del mazo dentro de “la joya oculta de la Ribeira Sacra” -así se le llama cariñosamente al monasterio en Xunqueira de Espadanedo- motivó el regreso de Acisclo al trabajo con la madera, su materia prima, después de muchos años usando el barro. “Es madera de roble tratada para conseguir el mismo color que el resto del artesanado. Yo lo que buscaba era no sobresalir sobre las piezas existentes, sino buscar la integración de las nuevas”, explicaba el escultor, que dio los últimos golpes a las tallas con el mazo centenario del maestro carpintero.

El acceso a la iglesia monacal -lo que antiguamente se conocía como parroquia y a donde iba la gente a misa a partir del Siglo XVI- representa el espacio ubicado por debajo del coro -en donde se sentaban los monjes- y desde él se puede disfrutar de las creaciones del escultor, junto a otras tallas en forma de caricaturas que hacen del sotocoro un elemento singular que, en el siglo XIX tuvo que ser reconstruido, en parte, al derrumbarse la fachada.

En los últimos meses, la Consellería de Cultura impulsó nuevas tareas de conservación en el templo, entre las que se incluyó la acción artística de Acisclo Manzano y otras actuaciones de mantenimiento y restauración. Rocío Taboada, arquitecta de la Dirección Xeral de Patrimonio, coordinó esta actuación que, en su conjunto, superó los 200.000 euros: “A actuación máis significativa foi a recuperación do sotocoro policromado. Tiña unha viga do ano 1.800 e fíxose un reforzo na cara superior e coseuse a rotura. Dito reforzo está no interior do conxunto e non se ve”, explica. “Tamén se actuou para frear o problema das humidades da igrexa, fíxose un estudo das canalizacións históricas do mosteiro, e reforzouse a estrutura que alberga a maquinaria do reloxo, entre outras”, añade.

Todas estas intervenciones fueron presentadas este viernes en la iglesia del Monasterio de Xunqueira de Espadanedo en un acto en el que estuvieron presentes el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, y el alcalde, Carlos Gómez Blanco, quien aprovechó la coyuntura para solicitar al representante autonómico”a súa axuda para restaurar os retablos que se encontran nun estado de deterioro moi acusado”. En este sentido, el regidor local mostró su convicción por “salvagardar o que herdamos” y por “seguir apostando pola liña trazada dende o Século XII achegando novos elementos que engrandezan o noso legado”. En este sentido, Román Rodríguez destacó la labor de Acisclo Manzano para la combinación de estilos artísticos y a sus creaciones como símbolos del cambio social que llegará a los visitantes futuros.

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