Arnoia o el poder curativo del termalismo y la naturaleza

La Unidad Terapéutica Termal del Balneario de Arnoia recibe a los usuarios, a los que ofrece 39 habitaciones y programas personalizados de recuperación y descanso familiar.

José Luis Lores y María Cinta González, con la directora del balneario, Raquel Gavilanes.
José Luis Lores y María Cinta González, con la directora del balneario, Raquel Gavilanes. | Carmen Rodríguez

El balneario Arnoia acaba de estrenar una propuesta que va más allá del bienestar y el ocio, incorporando una Unidad Terapéutica Termal. Un servicio diseñado para mejorar la calidad de vida de personas que atraviesan procesos de recuperación tras una intervención quirúrgica o que conviven con enfermedades crónicas.

Dentro de esta unidad se incluyen dos programas de recuperación: “Cuidado Termal”, de 15 días de duración, para personas sin grado de dependencia o con dependencia grado 1, y “Recupera Termal”, dirigido a personas que tengan que recuperarse después de un alta hospitalaria y que precisen un entorno adaptado para dicha recuperación.

Ambos se desarrollan en unas instalaciones diseñadas para promover el equilibrio físico y emocional, que incluyen dos piscinas interiores de aguas mineromedicinales, sala de rehabilitación, terapia ocupacional y pensión completa con menús supervisados por nutricionistas, además de permitir a los usuarios disfrutar de un entorno incomparable, en plena naturaleza.

Primeras experiencias

La unidad terapéutica acaba de recibir a sus primeros usuarios. Entre ellos José Luis Lores, vecino de Ponteareas, afectado de parkinson, que habitualmente es atendido por su mujer, María Cinta González. Ella debía ausentarse unos días y buscaba un lugar que ofreciese atención personalizada durante todo el día. “Cando cheguei e vin estas instalacións quedei encantada”.

Explica que su marido tuvo dedicación plena del personal durante la estancia: “Estaban pendientes da medicación, acompañárono durante o desayuno, comida e cea, e nos paseos, ademais de ofrecerlle exercicio ou tratamento termal”. José Luis destaca de su estancia “os paseos ao lado do río e a habitación, que era moi cómoda”.

María Cinta cuenta que también ella pudo disfrutar de las instalaciones, ya que “él estivo cinco días, e cando eu cheguei quedámonos dous días máis, pero José Luis seguía estando atendido polo persoal. Eu podía estar con él e á vez relaxarme no balneario. Para mín foi unha maravilla”.

La directora del balneario de Arnoia, Raquel Gavilanes, señala que esta es una de las ventajas que ofrece este programa, “que permite a los usuarios sentir que siguen formando parte de la sociedad. Están en un hotel, con otros huéspedes o con sus familiares, no están apartados”.

La directora se muestra “satisfecha con la acogida”, ya que es “una iniciativa novedosa, que mucha gente aún no conoce y que orienta el balneario a la recuperación médica, al descanso de personas que necesitan cuidados puntuales y al respiro familiar, para que los cuidadores también puedan descansar”.

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