Concluye la cosecha de patata en A Limia con un 20% menos que en 2019

Con algunas fincas todavía por recoger en la zona de la laguna, en donde se plantaron unas 2.000 hectáreas de patata -es el entorno con mayor concentración de fincas de cultivo-, el sector da por finalizada la cosecha de tubérculo en la comarca de A Limia. Una campaña marcada por dos factores: uno de ellos, el climático, con temperaturas extremas en verano que terminaron mermando la producción en torno a un 20 o 25 por ciento según la finca, dejando la cifra global en 105 millones de kilos -lo habitual en un año normal son 120 o 130 millones de kilos-.

A pesar de que la producción es más baja -las temperaturas de más de 30 grados frenaron el crecimiento de los tubérculos dando unidades de muy bajo calibre, especialmente, a la hora de hablar de variedad agria- estas condiciones favorecieron la menor proliferación de enfermedades como el mildiu, más propias de climas húmedos o con alternancia de calor y humedad. El resultado ha sido un producto con menos cantidad, pero de muy buena calidad.

El otro factor tiene que ver con la comercialización de la patata y el aspecto puramente económico, pues el cierre de bares y restaurantes también lo va a sufrir el sector agrícola limiano, cuyo fuerte es la distribución para industrias de frito. En estos momentos ya están saliendo las patatas al mercado, principalmente, las que se vendieron bajo contratos cerrados, aunque los almacenistas son más cautos este año a la hora de ingresar producto en almacén: "Las patatas que están saliendo son las que estaban contratadas ya. Los almacenistas y los operadores no se arriesgan a comprar muchas porque no saben si las van a poder a vender", cuenta Camilo Maus, productor de la laguna. En cuanto a las variedades recolectadas, "houbo unha sorpresa este ano coa kennebec, que experimentou unha subida na producción con respecto a outros anos. Todas as parcelas de kennebec superaron os 40.000 quilos por hectárea -lo habitual son 30.000 kilos por hectárea-", puntualiza Servando Álvarez, responsable del Centro Agrogandeiro de Xinzo. "As variedades para frito se mantiveron nunhas produccións moi moderadas. O principal problema foi a agria -en algunas parcelas se desplomó a los 30.000 kilos por hectárea, cuando lo habitual en esta clase son 50.000 kilos-, que depende moito do fotoperiodo. Cando o campo está por riba dos 30 grados -lo que pasó este año- a planta deixa de medrar e se estanca. Córtase o ciclo e bota outro tubérculo, o que explica que haxa producción, pero de baixo calibre", añade. En cuanto al valor en el mercado, la variedad kennebec -en sacos de 20 kilos- está bien valorada, sin embargo, la agria está por debajo del precio del coste de la producción.

El presidente de los productores de patata de A Limia, Amador Díaz, añadió, por otra parte, que al haber menos producción este año, los agricultores tuvieron que aportar más unidades para consolidar los contratos cerrados, teniendo menor capacidad para la venta libre.

"O feito de que se peche a hostalería, por outra banda, é un handicap importante para nós. Paralízase o menú do día e as bolsas de patacas fritas. Esto é un problema engadido", manifestó Díaz. "Temos a ventaxa de poder almacenalas durante un tempo, pero a ver como se pon a situación. En termos xerais a campaña agrícola non foi boa", añade.

La recogida, en datos

2.000

Son las hectáreas de patata plantadas en la laguna de A Limia, entorno en donde más patatas se siembran de toda Galicia.

20-25

Porcentajes alrededor del que oscila la merma de producción en comparación a la cosecha de un año normal en la comarca.

105

Son los millones de kilos que se estima se han recogido este año.

40.000

Kilos por hectárea de la variedad kennebec.

30.000

Kilos por hectárea de la variedad agria.