El Domingo de Piñata cerró ayer en Xinzo de Limia el ciclo del Entroido más largo de la provincia. El último estertor de don Carnal sacó a la calle a los vecinos que, en un ambiente más familiar, disfrutaron de una jornada soleada donde hubo tiempo para la última carrera de las pantallas.
Los acordes de la charanga Trompafós presagiaban, desde primeras horas de la mañana, un fin de fiesta espectacular al Entroido limiano. Los más carnavaleros no pudieron resistir la tentación de vestirse de 'gala' por última vez y, desde las doce y media, disfrutaron de un vaso de vino al son de mariachis, sambas y rumbas populares. Mientras, las pantallas agitaban por última vez hasta el año que viene, sus campañillas y las gastadas vejigas después de las últimas semanas de fiesta.
La mayoría, esperó a la tarde para decir adiós a la 'troula'. Como ya es tradicional, la fiesta del Domingo de Piñata se desarrolló, con juegos tradicionales para los más pequeños, en la Plaza Juan XXIII. Desde las cinco y media de la tarde, centenares de niños y niñas disfrutaron de una tarde de Entroido donde, el colofón lo puso la piñata. Los pequeños, con los ojos tapados, se lo pasaron en grande acotando el botijo para hacerse con un goloso botín a base de caramelos y gominolas.
La ambientación de la charanga se alterno por la tarde con la actuación de la orquesta Versalles que,
en la Plaza Maior como escenario, amenizó la fiesta hasta cerca de media noche. Y es que, después de celebrar los domingos Fareleiro, Oleiro, Corredoiro y Entroido, los limanos no tenían ganas de despedir a don Carnal.
La jornada se aprovechó para descolgar el 'meco' que, desde lo alto del mástil de la Praza Maior, ha presidido la fiesta en las últimas semanas. Empieza la cuenta atrás para el Entroido de 2011.
La mayoría, esperó a la tarde para decir adiós a la 'troula'. Como ya es tradicional, la fiesta del Domingo de Piñata se desarrolló, con juegos tradicionales para los más pequeños, en la Plaza Juan XXIII. Desde las cinco y media de la tarde, centenares de niños y niñas disfrutaron de una tarde de Entroido donde, el colofón lo puso la piñata. Los pequeños, con los ojos tapados, se lo pasaron en grande acotando el botijo para hacerse con un goloso botín a base de caramelos y gominolas.
La ambientación de la charanga se alterno por la tarde con la actuación de la orquesta Versalles que,
en la Plaza Maior como escenario, amenizó la fiesta hasta cerca de media noche. Y es que, después de celebrar los domingos Fareleiro, Oleiro, Corredoiro y Entroido, los limanos no tenían ganas de despedir a don Carnal.
La jornada se aprovechó para descolgar el 'meco' que, desde lo alto del mástil de la Praza Maior, ha presidido la fiesta en las últimas semanas. Empieza la cuenta atrás para el Entroido de 2011.
