REPORTAJE

Arnoia a vista de pájaro

Vista aérea del río Arnoia en Ponte Freixo, entre Celanova y Cartelle (C.D.).
photo_camera Vista aérea del río Arnoia en Ponte Freixo, entre Celanova y Cartelle (C.D.).
Un proyecto audiovisual recorre desde el naciente en la Serra de San Mamede hasta el Miño

Un vecino de A Cal (Allariz) ha dividido el curso fluvial del río más largo de la provincia (84,5 kilómetros) en cinco capítulos de una media de tres minutos de duración. "Quen me ía a dicir que, á miña idade, ía ía estar na internet", confesaba este prejubilado de banca, aficionado a la fotografía, los deportes y la música.

Tres pasiones que ha conseguido aunar a través de un dron, última tecnología del siglo XXI para descubrir joyas casi desconocidas del patrimonio local ourensano como el antiguo canal de agua "do Ruca", en A Merca, hoy reconvertida en ruta de senderismo o enclaves de gran belleza natural como el "muíño" de As Escadas, en la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera Área de Allariz. 

Los vídeos no tienen afán lucrativo, solamente ofrecer una visión diferente "a calquera que queira ver a nosa zona", dije González quien se ha convertido en un guía del Arnoia para los cibernautas, pero también para sus familiares y amigos. "Os da casa son os que me soportan, sobre todo cando estou montando as imaxes, que dá máis traballo que gravar. Pero están encantadas. Os amigos teñen descuberto moitos sitios bonitos", matizaba Andrés González, quien también ha popularizado entre su entorno vídeos de algunos de los rincones más bellos de su Allariz natal, desde O Rexo, hasta San Salvador dos Penedos, pasando por A Cal, Folgoso, Santa Mariña de Augas Santas o Penamá, pero también lugares paradisíacos en Sandiás, Vilardevós, Parada do Sil y O Grove.

Respetando siempre la legislación y, el sentido común para no molestar a nadie, González ha trazado un curso diferente del río, condicionado siempre a los 20 minutos que dura la batería del dron, "pero tamén á climatoloxía porque o dron non quere nin vento, nin choiva, nin un día nubrado", confesaba el autor.

Perderse y disfrutar

Un Arnoia pequeñito, serpenteante por las verdes praderas aún libres de maleza, va ganando metros y caudal conforme se aleja de la sierra para avanzar por tierras de Allariz y Celanova. A su paso salen áreas recreativas, "poldrados" y saltos de agua que invitan al baño en periodo estival, pero también antiguos molinos y fábricas de curtidos hoy reconvertidas en museos y negocios de hostelería, balnearios símbolo del esplendor de épocas pasadas y puentes centenarios como los romanos de Baños de Molgas o Pontefreixo (entre Cartelle y Celanova), o los románicos de Arnuide o Vilanova en Allariz. Viajando a vista de pájaro desde Acearrica hasta O Arnado, la imagen es testigo del pasear de la gente que disfruta haciendo suyo el patrimonio, de los piragüistas y, subiendo hasta el cielo, O Castelo. Dejando atrás Terras de Celanova, donde la piedra encauza al río en su primera etapa, el verde recupera los márgenes y termina por la llanura en tierras de Arnoia, donde se hace uno con el Miño. 

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