A 1 de julio de 2022, la provincia contaba con 303.960 habitantes, según los datos del INE. A 1 de enero de este mismo año eran 304.041. La bajada no es especialmente significativa, sin embargo, en muchos Concellos, como es el caso de O Carballiño, detectan que numerosos vecinos que residen en ellos no figuran como empadronados y esto repercute negativamente a la hora de poder ofrecerles mejores servicios y acceder desde las Casas Consistoriales a subvenciones más cuantiosas.
Para concienciar sobre lo anterior, la villa carballinesa -que cuenta actualmente con 14.360 habitantes- ha tomado la iniciativa en este final de año de poner en marcha la campaña “Xuntos somos máis. Empadróate no Carballiño!” Según esgrimen en el gobierno local, “ao redor do 10 por cento das persoas que viven na vila non están empadroadas na mesma”. El objetivo es superar los 15.000 habitantes para ver incrementados los ingresos de parte de otras administraciones. “La campaña se prolongará durante todo el año que viene. Está en marcha, aunque cuenta con una parte vinculada a ordenanzas. Estamos trabajando en eso”, explica Francisco Fumega, alcalde de O Carballiño.
En otros núcleos más pequeños, como Oímbra, también observan la misma problemática: “Hai xente que sabemos que vive aquí, pero ten piso en Verín e por distintas casuísticas está empadronada alí. Hai moitos pobos nos que pasa isto”, subraya Ana Villarino, regidora.
Beneficios
No solo Carballiño ofrece ventajas a aquellas personas empadronadas, ya que otras localidades como Allariz, Xinzo u Oímbra también lo hacen. En la villa alaricana, en donde el padrón no para de crecer alcanzando, actualmente, 6.534 habitantes, la tarjeta ciudadana de los empadronados les da acceso a descuentos en la piscina o a la gratuidad de los museos y del Festival de Xardíns, entre otras ventajas. La villa antelana, por su parte, bonifica a las familias en los campamentos de verano, y Oímbra cuenta con el programa “Vive Oímbra” y un plan de subvenciones encaminadas a áreas sociales, al que solo es posible acceder si se está empadronado. El objetivo vuelve a ser, en esta ocasión, fijar el censo.
Al igual que Allariz, Carballiño y Xinzo de Limia barajan poner en marcha una tarjeta ciudadana de cara al próximo 2023. “Implicaría que la persona empadronada titular de la tarjeta pudiese disfrutar de una serie de reducciones en las tasas para ciertos servicios, como las actividades deportivas, por ejemplo”, adelantó la alcaldesa de Xinzo, Elvira Lama. “Hay que reformar distintas ordenanzas y de momento no lo hemos hecho, así que llegamos tarde. Pero está encima de la mesa”, añade.
En la villa carballinesa también trabajan sobre la misma idea. En este caso, la tarjeta dará descuentos de hasta el 50 por ciento en servicios educativos, deportivos, y culturales.
En Allariz insisten, por otro lado, que la “tarxeta cidadá” es “algo máis” pero no lo más determinante para fijar población: “O proxecto municipal de todos estes anos tense baseado en dúas liñas importantes: Mellorar infraestruturas, equipamentos e servizos para manter unha calidade de vida o suficientemente importante para competir coa capitalidade; e por outra banda, traballar nunha liña de promoción económica que faga posible que en Allariz se asenten máis empresas e negocios, e que se xeneren postos de traballo”, explica la alcaldesa de Allariz, Cristina Cid. “Que Allariz resulte atractivo tamén a nivel económico permítenos fixar poboación”, añade.
Pese a la crisis del éxodo rural, Oímbra (comarca de Monterrei), por su parte, sigue afianzando su padrón e, incluso, incrementándolo: confían en pasar de 1.713 a 1.730 habitantes. Esta localidad hace un importante esfuerzo desde el Concello para subvencionar servicios a sus vecinos -especialmente a los mayores y a los niños-, así como para dinamizar su banco de alquiler de viviendas ofreciendo un seguro ante posible casos de impago. Las medidas están dando resultado
