¿Cada cuanto tiempo se escapa a Allariz?
Mínimo todos los veranos. Cuando era más pequeña todas mis vacaciones eran aquí: los puentes, la Nochevieja, los Reyes, Semana Santa y en verano todo julio y agosto.
¿Y sus padres?
Mis padres ya viven más aquí que allí.
¿Qué es lo que más le gusta de estar en su pueblo?
El relax, aunque bueno los últimos años hay mucha gente… Quizás antes, que había menos turismo, estaba un poco mejor y desconectaba más. Las piscinas también me gustan mucho, y tomar el sol. Aquí hace mucho mejor tiempo que en Vitoria, aunque no lo crea la gente. También disfruto mucho de salir a tomar los vinos y de irme de tiendas.
¿Y qué es lo que más echa en falta cuando se marcha?
Pues el tiempo, precisamente.
¿Y el estilo de vida?
Pues no, porque al final lo coges con más ganas porque allí no lo tienes. Igual la tranquilidad que hay aquí no la aguantaría allí el resto del año (ríe). A mí me gusta venir, de poco en poco, para desconectar, pero vivir aquí, pues no sé. Ahora mismo no me veo.
¿Y mantiene sus amistades de los veranos?
Sí, claro. Son muchísimos años viniendo aquí, y al final salía más en Allariz que en Vitoria. Para mí son mis amigas y muchas nos vemos solo en verano, entonces hace mucha ilusión.
¡Me imagino que aquí en Allariz se encuentra con medio Euskadi!
¡Uy, ya te digo! Oigo más hablar euskera aquí en agosto que en Vitoria. Al final viene gente de Eibar, de Azkoitia, de Elgoibar… Y en estos sitios se habla muchísimo euskera.
