El puente de Espadanedo, en la cuenta atrás para reabrirse

El puente de la carretera OU-536 a su paso por Xunqueira de Espadanedo, que sufrió el derrumbe de uno de sus estribos el pasado 26 de febrero, cuando se encontraba cerrada al tráfico, está previsto que reabra, “nos primeiros días de decembro”. El delegado territorial de la Xunta, Manuel Pardo, visitó ayer las obras de reconstrucción del estribo dañado, que se están llevando a cabo por el procedimiento de emergencia.

La reconstrucción del apoyo del puente se ha realizado con un relleno de piedra en los primeros metros y con un ancho suficiente en los muros de sillería para garantizar la resistencia y estabilidad del puente. Además fue necesario conservar su tipología en piedra, por lo que se requirió un suministro importante de cantería para ejecutar la obra, ya que no fue posible utilizar los sillares derrumbados tras sufrir daños y no ofrecer suficiente resistencia.

Durante la visita, el ingeniero responsable, Manuel Durán Fuentes, definió la obra como “bastante monumental”, al ser necesarias la colocación de “2.500 pezas de granito” en seco, sin el uso de mortero, una técnica que conlleva más tiempo pero que definió como “a mellor” en aras de garantizar la resistencia del muro.

Durán Fuentes además indicó que las obras se encuentran en su fase final, con los trabajos en la plataforma, “coa construción das beirarrúas e da varanda”. Solo resta, por tanto, el “aglomerado, que se iniciará a semana que vén”, por lo que afirmó que esperan que el puente reabra al tráfico “a primeiros de decembro”.

Puente del siglo XIX

El puente de Xunqueira de Espadanedo se construyó originalmente en el siglo XIX, y las evaluaciones técnicas del estado actual del estribo, formado por dos muros de contención de sillerías laterales, evidencian que se ejecutó sin disponer la anchura necesaria en su parte inferior para garantizar su resistencia, y con un relleno insuficiente y de mala calidad, lo que propició que se derrumbase en su parte superior.

Monitorizado durante meses

La infraestructura estuvo siendo monitorizada en los últimos meses, desde que se detectaron los primeros problemas, con el fin de evaluar su comportamiento de manera continua y garantizar la seguridad viaria.

Ese control de monitorización, que llevaron a cabo por técnicos de la Axencia Galega de Infraestruturas, implicó el control en 3D del puente, mediante el uso de puntos “diana” para detectar movimientos de modo inmediato. Esta es una de las razones que permitió actuar con la previsión suficiente y restringir totalmente el tráfico antes del fallo estructural ocurrido el pasado febrero.