Con la alegría de un productor que, tras un largo periodo de trabajo, recoge sus frutos del campo; en Allariz quisieron reunir, este viernes, a todos los artesanos, agricultores, apicultores, pintores, confiteros y emprendedores, en general, que conforman un sello único basado en el respeto por la identidad y la apuesta por el valor propio.
A través de una exposición de 24 lonas, repartidas por todo el centro de la villa, los alaricanos rinden homenaje a quienes impulsan día a día la economía local basándose en un modelo productivo sostenible y solidario. Lo hacen, además, reforzando la colectividad: Desde “a nosa fariña”, pasando por “o noso coiro, améndoas, queixo, xabón, horta ecolóxica, cerámica, meles, amendoados e zapatos”, hasta llegar a “os nosos licores, xeados, leite, editorial, cestería, luthiers, embutido, torta real, carne de boi, e tear”. En cada una de las imágenes, los visitantes y los propios vecinos pueden conocer la historia de los que están detrás del crecimiento de una villa singular. Es el caso de Ernesto Sánchez y Miriam Campo, que trabajan en el Museo do Coiro: “Allí llevamos más de 25 años ya. Es duro vivir de esto, aunque ahora es verdad que empieza a relacionarse la artesanía con la idea de un producto más exclusivo”, cuenta Ernesto. “Yo empecé a trabajar en esto cuando todavía vivía Franco y, hasta ahora, nunca se le había dado ningún tipo de reconocimiento, es más, era una profesión algo denostada. Vamos a seguir apostando, a ver si el futuro es diferente, ¿no?”, añade. Aunque, como en todos los lugares turísticos, lo que más se vende en este museo son suvenirs, la pareja elabora todo tipo de productos: Maletines de cuero, bolsos o llaveros.
Sergio Moreno, por su parte, decidió recuperar uno de los oficios más tradicionales de Galicia, el de “cesteiro”, y lo compagina con la elaboración de talleres en la escuela de Santa Mariña y en otros lugares próximos como Vilar de Santos. Lleva más de 15 años trabajando en su profesión. “Na cestería procuro dar clases e que non se perda a elaboración dos cestos tradicionais. Que a xente saiba facelos”, cuenta Sergio, quien dice que se trata de una labor “moi gratificante”.
A pocos pasos del centro de la Praza Maior de Allariz, Javier Varela tiene su sala de exposiciones. El pintor está convencido de que “merece a pena defender os oficios antigos aínda que non estean de moda” y por ello compagina su labor artística con la impartición de cursos, clases de pintura y de técnicas de grabado. “Facemos cousas que non son de usar e tirar. Teñen outros valores e por iso penso que merece a pena”, concluye.
En las lonas también se encuentra representado el producto gastronómico alaricano. Es el caso de Confitería Luisa, con una historia de más de un siglo y famosa por sus almendrados. También de Ecoleia, del queso de O Rexo o de los productos derivados de la carne de boi.
La alcaldesa de Allariz, Cristina Cid, ensalzó el trabajo de todos ellos “para que agora podamos ter unha realidade e un dinamismo económico que non tiñamos anos atrás”. Añadió que los productores, trabajadores y artesanos locales constituyen una de las razones de que “Allariz siga medrando ”.
