La peregrinación nacional de la iniciativa Madre Ven, nacida al albor del Año Mariano, ha llegado hoy al convento de Santa Clara de Allariz con la imagen de la Virgen de la Inmaculada a cuestas. Lo ha hecho, no obstante, sin anunciarse: "Ha sido un poco de sorpresa", confesaba uno de los párrocos que esta mañana recibía al séquito que acompaña a la imagen en su periplo por tierras gallegas.
La peana en la que ha viajado la imagen de la Inmaculada desde Pontevedra entraba por los jardines del convento alaricano poco después de la hora a la que se suele rezar el Ángelus. Cuatro novicias, vestidas de blanco y ante la atenta mirada de su superiora y el párroco, procesionaron con la imagen a hombros hasta la puerta del cenobio. Detrás, con los rostros cubiertos por las mascarillas y a unos rigurosos dos metros de distancia de seguridad, un pequeño séquito de fieles acompañaban a las religiosas. Solo el tañer de las campanas y una oración cantada en latín rompían el silencio en el exterior del convento.
La aparición de la Virgen será, sin embargo, breve. Pasará dos horas en Allariz antes de retomar su peregrinaje destino Zamora. Esta etapa improvisada se enmarca dentro de la iniciativa Madre Ven, que quiere recordar la visita mariana al Apóstol Santiago y que ya ha recorrido buena parte de la Península.
Este proyecto, ideado desde la Diócesis de Getafe, y la imagen, que llegó en avión desde las lejanas tierras de Éfeso (en la actual Turquía) tras ser bendecida, ya ha recorrido buena parte del territorio nacional, la ciudad de Ourense fue una de sus paradas. Francisco Pernas, vicario de Pastoral en la Diócesis de Ourense, recuerda que “la tradición dice que el Apóstol estaba decaído y se le apareció la Virgen, renovando su ánimo. Del mismo modo, en esta situación de pandemia, esperamos que su imagen nos aliente. Es un gusto acogerla en una Diócesis tan mariana como esta”.
