La autovía de la "raia" extremeña adelanta ya a la de Celanova

La Junta de Extremadura, gobernada por el PP, autorizó este lunes un estudio de viabilidad de los 18 kilómetros del último tramo de autovía entre Moraleja (Cáceres) y la frontera lusa, por 730.000 euros. Lo hará mediante colaboración público-privada. En Ourense, el proyecto de AG-31 sigue paralizado en Celanova.

La autovía de la que es titular la Xunta de Galicia lleva más de una década de anuncios y reivindicaciones, el mismo que lleva en servicio el tramo hasta Celanova, con una intensidad media diaria que supera los 6.000 turismos, según datos de 2023.

Los argumentos que públicamente han trasladado hasta la fecha desde el Ejecutivo gallego han girado en torno a la necesidad de alcanzar un acuerdo, a más alto nivel, entre España y Portugal, llegando a señalar en una carta remitida en 2022 a la entonces ministra de Transportes que “la ejecución de una infraestructura transfronteriza” es competencia del Estado central, atribuyendo la gestión de redes supranacionales “al Ministerio de Fomento”.

La EX-A1, si bien lleva 9 años parada en Moraleja, adelanta ahora a la "raia" ourensana y, liderada por la Junta de Extremadura, da un nuevo paso que permitirá completar la autovía hasta la misma frontera lusa, en Monfortinho.

En la raia ourensana, la respuesta de la Xunta ha sido un proyecto de acondicionamiento de la OU-540. Una propuesta anunciada en marzo de 2022 para mejorar el trazado actual, reduciendo curvas y aumentando las zonas de adelantamiento con un tercer carril, que, tras su aprobación definitiva en febrero de este año, está pendiente de licitación con un presupuesto estimado de 18 millones de euros y una partida de 1,5 millones en los presupuestos de la Xunta para 2025.

El acuerdo adoptado por el Gobierno extremeño coincidió con un nuevo acto de reivindicación en la frontera de A Madalena, entre Lobios y Ponte da Barca, con el ministro de Infraestructuras de Portugal, Miguel Pinto Luz, como testigo. El presidente de la cámara, Augusto Marinho, aprovechó la visita del ministro al municipio para acercarse hasta la frontera y evidenciar, sobre el terreno, la necesidad de mejorar este eje transfronterizo.

Ganar el partido

El trazado de 70 kilómetros, y otros tantos minutos de trayecto, supone un lastre para las comunicaciones en un territorio que no entiende de fronteras, con lazos familiares, comerciales, empresariales y turísticos, además de ser el enlace más directo y natural del norte de Portugal y la provincia, máxime tras la llegada del AVE a Ourense.

“Era unha oportunidade inmellorable para facer ver ao ministro a necesidade de mellorar esta ligaçao, como din eles, con Ourense”, comentaba la alcaldesa de Lobios, Mari Carmen Yáñez que se unió a la visita en el puesto fronterizo, al igual que su homólogo de la cámara municipal de Arcos de Valdevez, João Manuel Estévez, reforzando la petición y entregando al ministro, una copia de la declaración conjunta firmada en esa misma ‘raia’ por una veintena de alcaldes gallegos y portugueses en agosto de 2022. “Non queremos que se pasen a pelota uns aos outros, senón xogar o partido e gañalo”, incidía Yáñez Salgado, quien trasladaba que si en Portugal “non dan o paso -para mejorar su trazado- a Xunta tampoco o vai dar”.

El ministro, tal y como recogían medios lusos y corroboraba la propia regidora, se mostró receptivo con la petición y tomó nota de la necesidad que el mismo “padeció”, circulando por la sinuosa carretera trazada en los años 80 del siglo pasado con pocas zonas de adelantamiento y un tráfico considerable de camiones.