deplorable estado de la ciudad de ourense

Desgraciadamente venimos observando como los servicios en nuestra ciudad sufren un deterioro considerable. Las calles están casi a oscuras como la avenida de Buenos Aires o Cardenal Quevedo, por no citar otras muchas. No dejemos de mencionar el barrio de As Lagoas, al lado del Instituto Blanco Amor, cuya acera prácticamente carece de luz, incidiendo en ello la falta de poda de los árboles, además se observa que al fundirse una bombilla no se repone.
Respecto a las aceras, es vergonzoso. Muchas baldosas están en el aire, otras faltan, por ejemplo delante de la Casa da Xuventude, en Celso Emilio Ferreiro, donde observé la caída de una señora al haber introducido un pie en el hueco de la misma.

No quiero olvidarme -pues esto es muy grave- de los socavones existentes alrededor de muchos árboles dentro de las aceras, pues ante el mínimo despiste es fácil introducir el pie, lo que puede originar cualquier tipo de fractura o algo peor, sobre todo en la gente mayor.

Este mismo dato se puede observar en varias calles, por ejemplo en Sáenz Díez, donde al cruzar el paso de peatones desde Curros Enríquez a dicha calle existe un hueco enorme donde la acera es bastante estrecha, y fácilmente puede ocurrir cualquier accidente. Lo mismo ocurre bajando de Las Mercedes junto al cajero de un banco. Allí observé la caída de una chica joven.

Me dan envidia otras ciudades como Pontevedra, A Coruña o Zamora, por citar algunas, donde se guarda escrupulosamente el nivel del pavimento evitando tropezones y caídas.

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