INDEFENSIÓN ANTE UN AGENTE DE TRÁFICO

Lo que nunca pensé que podía pasar, me pasó a mí. Yendo a trabajar en mi coche me crucé en una comarcal con dos agentes de tráfico en moto. Uno de ellos dio la vuelta, me paró y se disculpó por tener que ponerme una denuncia por ir hablando por el móvil.
Imposible. No iba hablando, y en caso de hacerlo, habría usado el manos libres, homologado por supuesto, que tengo instalado en el coche. Se negó a escuchar mis explicaciones, le rogué (literalmente) que inspeccionara mi móvil para comprobar los registros de llamadas y mensajes, y demostrar así que se había equivocado.

Al negarse, de nuevo me di cuenta de que no había nada que hacer, sobre todo cuando aseguraba haberme visto sujetar el teléfono con 'la mano derecha'. No daba crédito. Aún me parece imposible: 200 euros y tres puntos por no hacer nada y no poder demostrarlo.

La multa está recurrida, aunque no me dan muchas esperanzas, ya que la palabra del agente está por encima. En este caso me da igual el dinero, la sensación de atropello, abuso, indignación y decepción me llevará hasta el final. Quedan avisados los buenos conductores de un nuevo peligro más en las carreteras.

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