De insólito podría calificarse lo que le ocurrió a la ministra de Defensa, Carmen Chacón, el pasado domingo dia 9 en Tomelloso, ciudad a la que acudía para dar un mitin en apoyo de José María Barreda, y el tal ciudadano no apareció.
Por mucho que intentó la dirección del PSOE restarle importancia a tal desfachatez, lo cierto es que algunos candidatos socialistas, entre los cuales se encontraba el citado Barreda, ya advirtieron que no quería ver aparecer en sus feudos a ningún líder nacional de su partido. La ministra, antigua empleada de El Corte Inglés, no se tomó en serio la amenaza y tuvo que tragarse el desprecio de su compañero de partido.
Tal hecho, entre otras cosas, ha demostrado una descoordinación total en el seno del PSOE, y más concretamente por parte del responsable de Organización de la campaña electoral. Si algo semejante llega a ocurrirle a un alto cargo del PP, las mofas, befas y escarnios por parte del PSOE, habrían traspasado las fronteras, convirtiéndolo en 'el mayor ridículo electoral jamás contado'. Al margen de lo ocurrido, el ausente presidente de la Comunidad ha demostrado ser un grosero de categoría. Si bien en la formación socialista parece ser que la educación no forma parte de su 'modus operandi'.
Visto lo visto (o no visto), la ministra, que de tonta no tiene ni un pelo, decidió dar el mitin en solitario, y aprovechando que era su día en la campaña electoral, con la asistencia de mas de 50 medios, se presentó como 'el prólogo de los tiempos más felices que de su mano habrá de venir'. Semejante cursilada no se le ocurre ni al mismísimo Zapatero.
Es duro reconocerlo pero cada día que pasa el papelón de Zapatero como presidente en funciones resulta más penoso. Los datos económicos siguen sin acompañarle y lo triste es que España está en peores condiciones que en marzo de 2010 y sin expectativas de que la situación pueda cambiar a corto plazo.
Tal hecho, entre otras cosas, ha demostrado una descoordinación total en el seno del PSOE, y más concretamente por parte del responsable de Organización de la campaña electoral. Si algo semejante llega a ocurrirle a un alto cargo del PP, las mofas, befas y escarnios por parte del PSOE, habrían traspasado las fronteras, convirtiéndolo en 'el mayor ridículo electoral jamás contado'. Al margen de lo ocurrido, el ausente presidente de la Comunidad ha demostrado ser un grosero de categoría. Si bien en la formación socialista parece ser que la educación no forma parte de su 'modus operandi'.
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Es duro reconocerlo pero cada día que pasa el papelón de Zapatero como presidente en funciones resulta más penoso. Los datos económicos siguen sin acompañarle y lo triste es que España está en peores condiciones que en marzo de 2010 y sin expectativas de que la situación pueda cambiar a corto plazo.
