No soy ya ni de derechas ni de izquierdas, ni de arriba ni de abajo.
Como madre de familia, ocupada en mil quehaceres cada día, estoy hartita de la profesión que denominaría hoy día y a la que están apuntados tantos humanos, de 'político tomador de pelo'. Y mientras disfruto de la sonrisas de mis pequeños, vigilando que no se me que me la comida y de darle el punto justo de sal; y me río con las carcajadas atolondradas de mis adolescentes, de sus problemas existenciales por la aparición de un 'volcán' en medio justo de la nariz? escucho, veo, y vuelvo a escuchar y a ver y a escuchar y a ver, noticias que ya fueron noticia: que si la guerra civil y ahora: el 23 F.
Señores, ¿que no tienen nada más en lo que trabajar, o acaso no les queda rinconcito de cerebro libre para eso tan básico como es 'el presente y preparación del futuro aprendiendo del pasado'? Señores, el paro, el nivel en educación, la seguridad ciudadana, agilidad en la justicia, que cada cinco segundos se muere un niño de hambre en el mundo, etcétera.
Señores, ¿que no tienen nada más en lo que trabajar, o acaso no les queda rinconcito de cerebro libre para eso tan básico como es 'el presente y preparación del futuro aprendiendo del pasado'? Señores, el paro, el nivel en educación, la seguridad ciudadana, agilidad en la justicia, que cada cinco segundos se muere un niño de hambre en el mundo, etcétera.
