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TRIBUNALES
Hace ya más de un año que el crimen que le costó la vida en marzo de 2015 al párroco de Vilanova dos Infantes, Adolfo Enríquez (77 años), se quedó sin pruebas o indicios con los que llevar a juicio a los dos investigados en este caso, Elvir y su sobrino Arsen F. Pese a todo, la fiscal intentó bucear en las redes sociales de los sospechosos, pero la compañía Facebook no quiso desvelar los contenidos de conversaciones que entiende son de índole privado. Esta última vía, abocó la investigación judicial a un auto de conclusión de sumario sin procesados que acaba de ser confirmado por la Audiencia de Ourense, con el consiguiente sobreseimiento provisional de la causa. Es decir, la investigación por el homicidio del cura y la sustracción de la diminuta Virgen del Cristal se ha quedado definitivamente sin imputados a los que llevar a juicio.
Pero no solo a nivel judicial el crimen de Vilanova está varado, sino que a nivel policial. La Guardia Civil centró desde un principio sus pesquisas en torno a las personas a las que ayudaba con donativos. De hecho, consta en el sumario, que Adolfo Enríquez se sentía acosado, principalmente por croatas y rumanos. Según valoran los investigadores del grupo de Homicidios de la Guardia Civil, "se había convertido en un banco para todo el que necesitaba dinero". Y la entrega de dinero lo dejó sin ahorros.
En las anotaciones del sacerdote, por ejemplo, figura que ayudó a personas como Senjur F., quien recibió mediante ingresos en cuenta un total de 13.712 euros entre 2011 y 2015. Al igual que muchos compatriotas, había conocido al cura cuando acudió a Vilanova a vender como ambulante.
A los croatas que figuran como investigados en el sumario también les ingresó dinero, tal como revelan los apuntes del párroco: 750 euros en 2014 (destino Croacia) para Elvir F. y 210 para Arsen F. en 2014, con destino Francia, y dos giros más de 180 y 210 euros.
Y todo ello pese a su escasa capacidad económica. De hecho, un mes antes de morir, tuvo que pedir dinero a otros dos sacerdotes (600 euros al cura de Viveiro y 1.500 al de Faramontaos).
La familia arremete contra la jueza
El sobreseimiento no sorprendió a la familia del párroco asesinado, si bien su sobrino José Manuel Enríquez mostraba ayer su enfado. "Hoy más que nunca estoy con la Guardia Civil”, dijo y siguió diciendo que "sigo creyendo en el Estado de Derecho, pero hay comportamiento singulares”.
Preguntado por la decisión judicial, Enríquez señaló que "en tres años no ha demostrado sensibilidad alguna” en referencia a la jueza. "Nunca hemos tenido -añadió- el mejor trato de colaboración, respeto o cariño" por parte de la instructora. Sobre el Ministerio Fiscal, recordó que “debe defender y salvaguardar los intereses de las víctimas”.
El sobrino del párroco de Vilanova dos Infantes quiso mostrar su agradecimiento a la labor del ex- subdelegado del Gobierno, Roberto Castro: “Espero que el cambio de gobierno no afecte”.
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