El espectáculo solar de la capilla de San Miguel deslumbra a los turistas de Celanova

Fernando Crespo, primero por la izquierda, en la visita grupal a la capilla de San Miguel.
photo_camera Fernando Crespo, primero por la izquierda, en la visita grupal a la capilla de San Miguel.

El espectáculo solar de San Miguel no es un fenómeno exclusivo de Celanova, ni de los equinoccios. Buscar sinergias entre estos espacios es lo que persigue Fernando Crespo, empresario de Úbeda, de la Sinagoga del Agua, que este fin de semana visitó la localidad.

El equinoccio de otoño reunió este fin de semana en Celanova a casi medio centenar de personas atraídas por el efecto solar que se produce en la capilla de San Miguel cuando los primeros rayos de luz superan el monte de San Cibrao y se cuelan por las diminutas ventanas del oratorio del siglo X. Un espectáculo que cada estación va ganando adeptos, dentro y fuera de la comunidad, convirtiendo a Celanova en un destino preferencial en estas fechas.

Desde Jaén, a más de 900 kilómetros, se desplazaba un grupo de turistas entre los que se encontraba Fernando Crespo. Este empresario y promotor de la Sinagoga del Agua, en Úbeda,  quería conocer en primera persona el efecto solar que se produce en la capilla erigida por San Rosendo, similar al que ocurre en la sinagoga de su propiedad, cuando los rayos se adentran en la sala Mikveh, dedicado a los baños rituales de purificación.

Una amiga madrileña que acaba de adquirir una casa en Cartelle fue quien le habló por primera vez del fenómeno que ocurre, si el tiempo lo permite, en el milenario oratorio. “Yo soy muy escéptico, no me creo nada, pero es verdad que el descubrimiento -que vivió en primera persona en la sinagoga de su propiedad- me ayudó anímicamente”, relata, poniendo en valor el peso que el patrimonio cultural tiene para el turismo y la economía de la zona. “Hay que darle valor al patrimonio, porque genera riqueza”, subrayaba el empresario, que acaba de poner en marcha un museo sobre la cultura judía y que dejaba la puerta abierta a colaborar con Celanova. “Ribadavia forma parte de la red de juderías, ya sabe lo que eso supone. Allariz está aquí cerca también, pero Celanova tiene el documento más antiguo de Galicia que constata la presencia de judíos, ¿por qué no aprovecharlo? Solo la exposición del documento pondría el foco de miles de personas en Celanova”, dijo, haciendo referencia a un texto de 1044 recogido en el Tombo de Celanova. 

La posibilidad de estrechar lazos con la cultura sefardí no fue el único fruto de un intenso fin de semana en el que también visitaron la villa varios grupos organizados, incluidos los 50 participantes de “Rutas de Historia”. Una iniciativa para disfrutar de una manera distinta del turismo patrimonial gallego de la mano de guías locales, en este caso del gestor cultural y escritor celanovés Antonio Piñeiro. La visita, con madrugón incluido para asistir al equinoccio en San Miguel, dejó tan buen sabor de boca a los asistentes que sentó las bases de un nuevo “roteiro” de cara a la primavera, centrado en el patrimonio literario.

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