Hermanamiento entre Celanova y Picanya tras la dana: solidaridad hecha carta

CONEXIÓN OURENSE-VALENCIA

Celanova y Picanya (Valencia) protagonizan esta Navidad un hermanamiento simbólico a través de sus respectivos institutos. La iniciativa de una docente e instagramer, Irene Alegría, caló entre el profesorado y alumnado del IES celanovés.

Una representación de los alumnos con la docente Yolanda Orjales.
Una representación de los alumnos con la docente Yolanda Orjales.

¿Qué harías si perdieras todo lo que te rodea en menos de una hora? Es la pregunta que han tenido que responder los alumnos de secundaria del IES Celanova Celso Emilio Ferreiro, quienes participan en un proyecto de cartas solidarias con jóvenes que sufren las consecuencias de la dana en Valencia.

El trabajo socioeducativo forma parte del hermanamiento entre los institutos de Celanova y Picanya, iniciativa promovida en redes sociales por la docente Irene Alegría. Este esfuerzo ha resultado en el envío de más de un centenar de cartas en las que los jóvenes de Terra de Celanova empatizan con sus compañeros de Valencia, enviándoles ánimos y solidaridad desde 850 kilómetros de distancia.

“Les contamos algo de nosotros, para que no siempre estén pensando en la catástrofe, les describimos el centro y también les invitamos a venir”, compartía Lara Movilla, alumna de orientación, en representación de todos los participantes. La propuesta espera escribir un nuevo capítulo después de la Navidad. “Nos encantaría tener una videoconferencia con ellos”, añadió.

Yolanda Orjales, docente del departamento de Lengua, junto con sus compañeras Paula Torrente y el equipo de orientación conformado por Lola, Iván y Clara, hizo posible esta iniciativa. “Este proyecto se sostiene sobre palabras como humanidad y solidaridad, valores que intentamos transmitir día a día en nuestras aulas y que ahora han tenido que ponerse en práctica”, explicó Orjales. También destacó la oportunidad de trabajar aspectos académicos como la creación de textos y el desarrollo de la oratoria.

Antes de enviar las misivas anónimas, los estudiantes analizaron los hechos ocurridos en Valencia, reflexionaron sobre cómo afrontarían una situación similar y profundizaron en la estructura de una carta, un medio de comunicación que muchos no habían usado antes. “Es la primera vez que escribo una, pero no descarto volver a hacerlo”, expresó Rubén Ferreiro. A su lado, Ana, Luisana y Juliana subrayaron la importancia de ponerse en el lugar del otro y enfrentar las adversidades. “Nos ponemos en su papel, hay que seguir adelante”, decía Rubén Iglesias, mientras Juliana Rojas añadía: “Así como nos caemos, tenemos que levantarnos”.

Orjales confirmó que ya contactó con el director del IES Enric Valor para notificar que las cartas, llenas de frases de ánimo, fotografías y dibujos elaborados por los menores, se enviarían en estos días. “Me comentó que más del 50% del alumnado se ha visto afectado, así como 20 de los 80 docentes. Todavía queda mucho por hacer allí”, señaló. A pesar de las dificultades, había cierta esperanza: “Estaba animado porque había llovido y se había despejado la nube (de color grisáceo debido al lodo y la suciedad) que les sobrevuela diariamente”, concluyó.

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