INVESTIGACIóN POLICIAL

La investigación conecta la agresión de Moaña con el homicidio de Vilanova

En el crimen que le costó la vida a Adolfo Enríquez los sospechosos son extranjeros que acudían a pedir donativos

Las coincidencias son demasiadas: la víctima escogida (un párroco); el modus operandi de los asaltantes (entrar a una casa rectoral en plena noche y con la cara descubierta); el propósito final (el robo de dinero u objetos de valor), y, lo más delatador, la agresividad y violencia empleada para asegurar su propósito, aunque con distinto desenlace.

Adolfo Enríquez Méndez (77 años) murió hace cinco meses en Vilanova dos Infantes (Celanova) a consecuencia de una brutal paliza mientras que Samuel Aristizábal Echeverría (55 años), el párroco de Domaio (Moaña), salvó su vida en la madrugada del pasado viernes (7 de agosto), aunque tuvo que ser intervenido de urgencia en el hospital debido a la fractura de la mandíbula y el paladar roto que sufrió al ser golpeado con una bombona de butano.

En este caso, las cuatro personas que actuaron a cara descubierta tenían acento extranjero. Según trascendió por la declaración de testigos, eran de complexión alta, delgados y posiblemente rumanos.

Precisamente, la Policía Judicial de la Guardia Civil hace tiempo que conecta el crimen de Vilanova dos Infantes con un grupo de entre dos y tres personas "delgadas y vestidas con ropas oscuras", alguno de nacionalidad extranjera, que ya con anterioridad habían estado en la rectoral para pedir limosnas al párroco. Adolfo era una persona muy generosa y caritativa que nunca negaba su ayuda a personas sin recursos.

Fuentes próximas a la investigación creen que Aristizábal Echeverría salvó la vida por no oponer resistencia mientras que en el caso de Adolfo Enríquez intentó con denuedo que no se llevaran la Virgen del Cristal, la singular imagen mariana, datada en el siglo XVII y de apenas cinco centímetros, que el sacerdote custodió hasta las últimas consecuencias.

La familia del párroco de Vilanova no entra a valorar las similitudes de ambas agresiones, amparándose en el secreto de sumario y en aras a no entorpecer la investigación, aunque repara en las "extrañas casualidades" entre los dos casos.

En el entorno de la víctima, se muestran satisfechos con el trabajo de los investigadores pese al tiempo transcurrido . "No buscamos tiempo sino efectividad y los pasos que se están dando son acertados", asegura un familiar cercano para insistir en "la actuación impecable e intachable de la autoridad judicial y la Guardia Civil para que esas alimañas pasen a disposición judicial y paguen sus penas ". Según precisa, "el tiempo en estos casos no es garantía de éxito y sí creemos que el silencio es garantía de eficacia".

Asimismo, la familia de Enríquez Méndez transmite palabras de ánimo para Aristizábal Echeverría: "Le brindamos todo nuestro apoyo y sentimos una gran alegría por él; tuvo mejor suerte que nuestro tío".

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