Vecinos y comerciales quieren que se actúe contra estos aparcacoches
El aparcamiento público de As Triguerizas, en Celanova, se ha convertido en los últimos jueves en un lugar de actuación de improvisados aparcacoches, popularmente conocidos como "gorrillas", ante el malestar de conductores y comerciantes, que creen que su presencia puede disuadir a posibles visitantes del mercado semanal.
Así lo ratificaba el presidente de la "Asociación de Comerciantes, Empresarios y Profesionales Vila de Celanova", David Álvarez, a raíz de las quejas expresadas por sus asociados. "Hai malestar dos socios e tamén dos que non o son", asegura Álvarez, que ya ha trasmitido una queja al Concello celanovés para que tome cartas en el asunto. "Non é normal que se poñan no aparcadorio e tampouco a forma que teñen de abordar á xente moitas das persoas que se poñen á saída dos establecementos a pedir cartos ou aqueles que se achegan a un para recadar firmas para non sei que ONG", enfatiza el presidente de la asociación.
Desde el Concello, el alcalde José Luis Ferro reconocía que la presencia de los aparcacoches "molesta á xente e a fan desconfiar porque non sabes que lle pode pasar ao coche. O que fan os axentes da Policía Local é controlar, identificar ás persoas e botalas fóra de alí". Si bien lamentó que "pouco máis podemos facer. Xa mandamos algunha notificación á Subdelegación do Goberno, pero din que a súa presencia alí non implica delito".
Para tratar de mermar su presencia en las calles de la villa, Ferro Iglesias confirmó que la Policía Local extremará el control y vigilancia sobre la zona de estacionamiento y que se mantendrá la colaboración con los agentes de la Guardia Civil del Puesto de Celanova para velar por la seguridad en las calles los días de mercado. Un apoyo que, asegura, ha sido fundamental para reducir los incidentes de robos y estafas a personas mayores que proliferaron hace un par de años en la villa y sobre los que el propio regidor "popular" alertó a través de un bando en noviembre de 2012.
