Arturo Baltar, uno de los artistas ourensanos más destacados en las últimas décadas, presenta una exposición antológica de escultura en el Centro Cultural de la Diputación que agrupa el trabajo de sus últimos 60 años.
El Centro Cultural de la Diputación, acoge deshasta finales de enero, una exposición antológica del escultor ourensano, Arturo Baltar, nacido en Castro de Noalla en 1924.
La muestra reúne el trabajo de los últimos 60 años del artista, a través de una serie de 20 retablos 'con escenas imaginarias, aunque realistas', que reflejan el modo de vida de los ourensanos durante los últimos cien años.
Entre las escenas representadas destacan algunos belenes sobre el nacimiento de Jesucristo y la adoración de los reyes magos, así como retablos sobre los cantores de 'panxoliñas', los cafés cantantes, la matanza de los inocentes de Herodes, la vida de las tabernas ourensanas, los juicios populares en las plazas y el espectáculo del baile de la cabra que hacían los gitanos por los pueblos.
'La exposición es de alguna forma una despedida a mi labor, mostrando mi obra al público. Las vivencias personales son de suma importancia en mi obra, pues trato de ejemplificar lo que viví en un pasado, pero que sigue afectando a la sociedad en esta época', reflexiona el artista plástico.
Además, Baltar explicó que no es de su agrado el término de 'escultor' para referirse a su persona, 'de hecho no sé lo que es la escultura, por qué hoy en día cuelgas una cosa y eso ya es arte; simplemente soy un expositor de mis propias vivencias y del tiempo que me tocó vivir, eso es lo que más satisfacción me da, aunque sinceramente, yo no quiero reconocimientos, ni galardones, lo único que necesito ahora es sentir el cariño del público y su cercanía'.
La muestra reúne el trabajo de los últimos 60 años del artista, a través de una serie de 20 retablos 'con escenas imaginarias, aunque realistas', que reflejan el modo de vida de los ourensanos durante los últimos cien años.
Entre las escenas representadas destacan algunos belenes sobre el nacimiento de Jesucristo y la adoración de los reyes magos, así como retablos sobre los cantores de 'panxoliñas', los cafés cantantes, la matanza de los inocentes de Herodes, la vida de las tabernas ourensanas, los juicios populares en las plazas y el espectáculo del baile de la cabra que hacían los gitanos por los pueblos.
'La exposición es de alguna forma una despedida a mi labor, mostrando mi obra al público. Las vivencias personales son de suma importancia en mi obra, pues trato de ejemplificar lo que viví en un pasado, pero que sigue afectando a la sociedad en esta época', reflexiona el artista plástico.
Además, Baltar explicó que no es de su agrado el término de 'escultor' para referirse a su persona, 'de hecho no sé lo que es la escultura, por qué hoy en día cuelgas una cosa y eso ya es arte; simplemente soy un expositor de mis propias vivencias y del tiempo que me tocó vivir, eso es lo que más satisfacción me da, aunque sinceramente, yo no quiero reconocimientos, ni galardones, lo único que necesito ahora es sentir el cariño del público y su cercanía'.
