La pandemia del COVID-19 le ha hecho dejar a un lado el stick, pero Anxo Fernández Pérez continúa en la primera línea de ataque. El delantero del Barrocás de la División de Honor B de hockey hierba deja momentáneamente su pasión deportiva para ponerse la bata y ejercer como médico en el Centro de Salud Nóvoa Santos en la ciudad, que compagina con las guardias en el hospital y en el PAC, además de colaborar con el teleseguimiento de pacientes domiciliados.
La declaración del estado de alarma le pilló en Sevilla, donde realizaba un rotación externa de traumatología, pero regresó a la ciudad, donde es residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Le toca lidiar con un virus "al que nunca nos habíamos enfrentado", que obliga a "modificar constantemente" los protocolos de actuación, y solicita a la gente que "siga manteniendo la calma y responsabilidad" que está demostrando, para así "seguir lo que parece una ralentización" de los contagios.
Momentos de "nervios y descontrol. Poco a poco se van sabiendo más cosas, pero se trata de algo a lo que nunca antes nos habíamos enfrentado. Nos encontramos con protocolos nuevos del Ministerio y el Sergas, pero necesitamos mostrar la máxima profesionalidad, porque debemos tranquilizar a la gente. Para los que están en casa nuestra labor es la de curar escuchando", subraya Anxo Fernández.
A la hora de hablar de material de protección, los famosos EPI, Anxo reconoce que "obviamente se está haciendo un uso responsable de los recursos, pero en Ourense, por suerte, no se ha dado la saturación de centros de Madrid, Cataluña o el País Vasco. Además, hay empresas de textil que colaboran con la aportación de batas, y empresas tecnológicas con otros elementos de protección mediante la utilización de impresoras 3D".
El papel de los sanitarios es primordial en esta lucha contra el coronavirus, pero Anxo Fernández subraya que lo más importante es "bajar la línea de contagios, y eso es labor de la población. No se trata de que un paciente llegue con una enfermedad y nosotros lo curemos, hay que frenar la propagación y ahí entra la responsabilidad de la gente. Sin ellos no será posible superar esto. La verdad, no me esperaba esta reacción de la gente, siempre hay algún listillo, pero mayoritariamente se ha tomado conciencia y el esfuerzo parece que se empieza a ver en las cifras, con la línea de contagios en algunas zonas de España ya por debajo de uno. Este es el camino".
Toca no levantar el pie
La Organización Mundial de la Salud alerta sobre un rebrote mortal del COVID-19 si se levantan las restricciones de movilidad a la población y en España ya ha finalizado el permiso retribuido recuperable, por lo que la gente vuelve al trabajo. "¿Demasiado pronto? No soy epidemiólogo y en este momento es difícil valorar si será una medida negativa. Está claro que aquí entran los intereses económicos. La curva se contagios se va aplanando e intentan que la economía no esté tanto tiempo paralizada. Con el desconocimiento que hay del virus, las medidas que se toman se analizan a posteriori, a lo mejor dentro de 15 días los datos demuestran que es una acción precipitada, pero ahora es difícil valorar", añade.
¿Cuándo terminará esto? "Yo creo que volver a la normalidad, es decir, al estado anterior al confinamiento, hasta pasado el verano pienso que será imposible. Se están haciendo estudios de profilaxis de tratamiento preventivo, pero hasta que no haya una vacuna es complicado. Aquí el problema es que en poco tiempo se quiere hacer el trabajo que lleva años. De nada vale un medicamento que cure el coronavirus si estropea otra cosa".
"En la ralentización del virus juega un papel fundamental la población, y estamos siendo responsables"
Lo deportivo, en último plano
El Barrocás estaba enfrascado en la lucha por la permanencia pero Anxo afirma que "el hockey ahora me importa poco o más bien nada. Llevo 24 años jugando, y claro que tengo mono, pero es lo que menos me importa. Hay que priorizar el colectivo y en esto la Federación Española de Hockey la ha hecho fatal. Bélgica ha cancelado la liga y aquí parece que se prioriza el interés de cuatro clubes antes que la salud de los deportistas en una actividad que además es amateur, al menos para la mayoría. En este momento no le veo sentido al deporte. ¿Qué pasa si se vuelve a jugar y hay un positivo?".
El horizonte parece pues todavía lejano. "En China el primer caso de coronavirus se detectó en diciembre de 2019 y en Wuhan están empezando a salir ahora. Habrá que olvidarse de levantar el confinamiento y a la semana siguiente meter 80.000 espectadores en el Bernabéu. Espero que sea antes, pero hasta pasar el verano no lo veo".
