Diego Ocampo aterriza en República Checa para dirigir la selección de baloncesto

Diego Ocampo, con la ciudad de Praga al fondo, ya como seleccionador de la República Checa.
photo_camera Diego Ocampo, con la ciudad de Praga al fondo, ya como seleccionador de la República Checa.
El entrenador ourensano Diego Ocampo dirigirá a un equipo, la selección de República Checa, plagado de estrellas con el objetivo de clasificarse para los Juegos Olímpicos

"Acabo de aterrizar. Llámame cuando quieras”. Diego Ocampo responde a la llamada de La Región mientras busca su coche en el aeropuerto de Madrid. Recién llegado de Praga, de la presentación como nuevo seleccionador nacional de la República Checa, y listo para viajar Lerma (Burgos), para seguir entrenando a niños y niñas de entre 7 y 12 años en un Campus que dirige. Es el concentrado perfecto de lo que representa el entrenador ourensano. Técnico de élite al máximo nivel con la pasión del que estaría empezando y el método innegociable sea cual cual sea el nivel de los jugadores.

“Es un orgullo muy grande que hayan pensado en mí. La verdad es que ha surgido todo con mucha naturalidad y que al final se hayan decidido por mí es para estar contento. Sé que había otras opciones para ocupar este banquillo y poder dirigir a una selección como esta va a ser una responsabilidad y un premio”, reconoce el entrenador salido de Salesianos.

En la presentación lo acompañó Thomas Satoransky. El jugador del Barcelona y ex NBA ha sido, seguro, factor fundamental para decantar la balanza. “Algunos veranos he venido a Praga a entrenarlo personalmente y también estaba Ondrej Balvin. Luego se han unido otros jugadores y la federación checa se puso en contacto conmigo para que dirigiese una academia”. Ahí empezó una relación que ayer se plasmó en un contrato histórico, el de un entrenador ourensano dirigiendo a una selección nacional.

Lo de Satoransky viene de atrás. De la etapa de Ocampo en el Baloncesto Sevilla, del que salieron, de su mano, jugadores como Kristaps Porzingis, Willy Hernangómez o Joan Sastre. “A veces cuando siembras acaba saliendo algo. Que haya algún jugador que piense que tú puedes hacer algo bueno por su país lo dice todo. Va a ser una oportunidad enorme poder vivir el baloncesto internacional desde esta posición y a este nivel”.

Jan Vesely (FC Barcelons), Ondrej Hanzlik (Girona), David Jelinek (Murcia) o Vit Krejci (Atlanta Hawks) son algunos de los jugadores checos que pueden caer en la lista de Diego Ocampo. “Ya he hablado con algunos y por ahora no hay nada seguro. Todos tienes compromisos y agendas, pero habrá que ir hablando con ellos para saber de su disponibilidad para jugar los torneos cuando llegue esa fecha”.

Aunque no tendrá mucho margen. Empezará con un torneo amistoso en Viana do Castelo (Portugal) que dará paso a la primera fase del torneo Preolímpico, en Estonia, ante Macedonia, Estonia e Israel. Los dos primeros clasificados se van a la segunda fase, a Polonia. El camino es largo, pero el premio, gigante: “No es fácil, pero hay que intentarlo. También entran los equipos que no consigan billete en el Mundial y está claro que todo el mundo quiere ir a los Juegos Olímpicos”.

Un campus de niños

Pero eso será en agosto. Antes tiene que cerrar la plantilla del Burgos: “Nos faltan dos fichajes importantes y estamos en ello”. Y todavía antes, hoy mismo, bajar el telón de un Campus de baloncesto para niños y niñas: “Creo que está saliendo muy bien. Es la primera vez que se hace un campus así en Burgos y lo más importante es que sea solo la semilla, que esto quede ahí y que otros cojan el relevo los próximos años”.

La selección checa, el Tizona Burgos y un campus de base. Todo en la misma coctelera: “No se va pisar nada. De hecho, acabamos todo el 20 de agosto y el 21 empezamos en Burgos los reconocimientos médicos con el equipo. Tengo que agradecerle tanto a mi club como a la Federación que me han puesto todas las facilidades para poder aceptar este proyecto”.

Te puede interesar